El inevitable envejecimiento de la población cubana y la expectativa de vida al nacer movilizan en la Isla el pensamiento estructural relacionado con las políticas sociales y de salud, con el propósito de fortalecer las acciones que eleven a partir de este año 2013 la protección del adulto mayor.
Sin negar los avances y prioridad que tienen las personas de la tercera edad en Cuba, en medio de las limitaciones propias de una economía colapsada y sometida a la presión constante y brutal del Bloqueo impuesto por los Estados Unidos, la asunción de este fenómeno requiere de miradas más profundas y coherencia para garantizar una ancianidad saludable y, en ese sentido, el MINSAP proyecta sus estrategias de conjunto con otros organismos e instituciones.
Resalta la existencia de más de 450 policlínicos, 11 mil 486 consultorios médicos, 123 clínicas estomatológicas y 161 hospitales con unos 34 servicios de Geriatría para atender a las personas con 60 y más años, quienes tienen igual derecho gratuito al estudio y a un examen de chequeo clínico anual, además del alcance de 45 equipos multidisciplinarios para cuidados gerontológicos que buscan elevar la calidad de vida de estos pacientes.
A esta fortaleza del sistema de Salud en la Isla se suman –e integran- 156 Hogares de Ancianos y 229 Casas de los Abuelos, los que reciben y garantizan a estas personas los cuidados elementales que necesitan, en caso de no contar con familiares que puedan asumirlos o pertenecer a núcleos que, por razones diversas, estén impedidos de ejercer la custodia permanente.
Igualmente loable resulta la labor de los 12 mil Círculos de Abuelos que existen en el país, con el objetivo de socializar al Adulto Mayor y proporcionarle el hábito de realizar ejercicios físicos como una vía de mantener parámetros saludables a edad avanzada, hecho posible por el trabajo conjunto del Instituto de Deporte y Recreación (INDER) y el MINSAP.
Toda esta estructura que se potencia a partir del presente año tiene el apoyo directo de los 281 especialistas en Geriatría que ejercen en la Isla, donde se forman actualmente otros 52 y se trabaja para habilitar escuelas para los cuidadores de ancianos, por ser una necesidad evidente aquí, donde la esperanza de vida al nacer es de 78 años para la población masculina y 80 en la femenina.