México, D.F., 10 de febrero del 2013.- La aprobación de una reforma política para el Distrito Federal, que coloque en igualdad de condiciones sociales y económicas a sus habitantes con relación a los del resto del país, y ofrezca a dicho gobierno un trato equitativo con respecto al resto de las entidades que forman parte de la Federación, tiene que ser considerada dentro de la lista de prioridades que urge resolver antes de que termine el actual periodo de sesiones de la actual legislatura del Congreso de la Unión.
Sin embargo, dijo Hortensia Aragón Castillo, Coordinadora Nacional Foro Nuevo Sol-PRD, que de ninguna manera permitiremos que dichos cambios constitucionales -con los que se busca otorgarle al gobierno capitalino constitución propia y leyes y reglamentos que le otorguen autonomía en temas como el cobro de impuestos- se conviertan en moneda de cambio para aprobar otras reformas, como la energética y la fiscal, que el gobierno de Enrique Peña Nieto ha marcado como prioridades.
Desde el ámbito legislativo se deben garantizar los cambios legales que le permitan al gobierno de la ciudad acceder a los fondos económicos que por su actual status político está dejando de percibir: recursos para evitar inundaciones, combate a la inseguridad o mantenimiento de los transportes y servicios que se ofrecen a millones de ciudadanos que trabajan o que se encuentran en tránsito en la ciudad de México, entre otros.
Con la reforma política del Distrito Federal se evitará también que el presupuesto de la metrópoli se convierta año con año en motivo de revanchismo político de parte de los partidos mayoritarios en el Congreso de la Unión, que incluye otorgarle a los partidos que no representan mayoría en el congreso local las comisiones legislativas encargadas de atender los problemas propios de la ciudad.
A pesar que desde hace algunas semanas Enrique Peña Nieto y sus aliados vienen insistiendo en que la apertura del sector energético no significa su privatización, reiteramos que la izquierda seguirá defendiendo la propiedad nacional de los hidrocarburos y que continuará manifestándose en contra de cualquier intento de entregar a capitales extranjeros un área tan sensible como la que involucra a Petróleos Mexicanos, pues la eventual inclusión de la oposición en la discusión sobre el particular de ninguna manera implica que avalaremos los cambios propuestos a cualquier costo.
En cuanto a la reforma fiscal, coincidimos en que al país le urgen cambios profundos que permitan al gobierno inhibir la evasión que las grandes compañías realizan a través de la Bolsa Mexicana de Valores, que amplíe la base tributaria hacia sectores como el comercio informal para que contribuyan con el fisco y que eliminen impuestos restrictivos que inhiben la competitividad y la productividad.
Las reformas energética y fiscal no pueden ser consideradas por el gobierno de Peña Nieto como la moneda de cambio que condicione la aprobación de la reforma política que necesita la ciudad de México. Los habitantes de la capital del país no se merecen ser tratados como si estuvieran en un mercado de trueque en pleno siglo XXI.
A T E N T A M E N T E
Hortensia Aragón Castillo
Coordinadora Nacional
Foro Nuevo Sol-PRD