¿Vivo en una porquería de país?

Por Ignacio Martínez.- “Soy mexicano, pero es una porquería de país, y no me importa lo que diga México de mí, porque se está viendo claramente que somos una porquería como país. En los Estados Unidos, una persona que secuestra se gana la pena de muerte. Yo me voy de aquí, no quiero saber nada, absolutamente nada de esta legislación, de esta supuestamente Corte que procura a las víctimas, porque es una porquería”.

Son las fuertes palabras de un hombre Ezequiel Elizalde una de las víctimas de secuestro cuya percepción después de la liberación de Florence Cassez se traduce en una gran impotencia, en una gran indignación, en una gran decepción del sistema de justicia penal mexicano y luego continua.

“Y que quede bien textual, que quede bien textual en todas las páginas donde quieran: es una porquería de instituciones, es una porquería de Corte, de ministros. Ellos tienen un sueldo máximo, andan con guardaespaldas y nosotros qué, dónde quedan nuestros testimonios, sufrí 65 días, Florence Cassez vive como reina en la cárcel entonces ahora que le den puerta abierta a Caletri, a Daniel Arizmendi”

La Ministro Olga Sánchez Cordero habría declarado una horas después de la liberación ordenada que el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que otorgó la libertad a la francesa Florence Cassez, no significa que ésta sea inocente, pues lo que se revisó en el máximo tribunal fue el proceso al que fue sometida en la detención registrada en 2005.

“Los magistrados no analizamos si era culpable o inocente, se analizaron los procedimientos”

Eso significará a partir de ahora  que una detención irregular será igual a la liberación de algún presunto delincuente? De ser así la Suprema Corte de Justicia de la Nación tendrá a partir de hoy más que nunca, mucho, mucho trabajo.

Finaliza Ezequiel, el más furioso de los secuestrados por la banda a la que pertenecía Florence: “Ahora yo le digo a todo el pueblo de México: ármense, tengan un arma y no le hagan caso al gobierno que vale puro gorro. De leyes no sé mucho, pero sé distinguir entre lo bueno y lo malo. Ahora con el gobierno de Enrique Peña Nieto, yo me humillé con una carta enviándosela a él. Parece que fue basura, parece que fue directo a la taza del baño. Esa carta no valió. El ministro Mena, que metió Enrique Peña Nieto, es una porquería, y no me importan las consecuencias: es una porquería”.

Y finalmente el Ministro Mena fue el fiel de la balanza.

Dicen algunos abogados que debió sujetarse esta decisión a la reposición del procedimiento jurídico, en medio del reclamo de las víctimas y los agraviados, pero prevaleció la decisión política por encima de la norma jurídica.

Cuando Ezequiel le pide al pueblo que se arme, yo simplemente le recordaría, los hermanos de Cherán ya se armaron en 2011, en Guerrero varios pueblos se han armado, varios vecinos de colonias en Morelia se están armando con cercas y alambres ante la molestia reglamentaria del Ayuntamiento.

La inseguridad cunde como epidemia, aunque más bien diría como pandemia y nuestra justicia se desgasta con decisiones que producen en la sociedad una seria y aplastante desconfianza.

Ayer mismo fue asesinado en Morelia un niño de 15 años, un niño buen hijo (que perdió la vida defendiendo a su madre en el robo de su vehículo) un niño ejemplar estudiante, un  niño relevante deportista y nuestro Presidente Municipal que vive en Willylandia prefirió estar cerca de los calzones que le provocaron dolor de cabeza, los de Juan Manuel Márquez en lugar de estar con la madre y la familia de este niño caído, aunque en realidad con qué cara le daría el pésame a esa familia.

¿Cuantos, cuánto más, hasta cuando despertaremos unidos esta sociedad que es vejada diariamente?

Ah y perdón por el título de este artículo, en realidad no vivo en una porquería de país, más bien vivo gobernado por muchos que sí son porquería y otros más afortunadamente aún se salvan.