
Ahora que el Presidente Enrique Peña Nieto anduvo de gira por el estado de Hidalgo, lugar donde dio una de sus dos «pifias» de discursos, llegó por aire en uno de los helicópteros Súper Puma, de la firma Eurocopter, los cuales llevan un poco más de dos décadas de uso. Al descender y aterrizar a un costado del Estadio Miguel Hidalgo, ante un grupo numeroso de funcionarios federales e hidalguenses, incluido el gobernador del Estado, Francisco Olvera, tuvo un instante de preocupación cuando el helicóptero presidencial soltó una nube de humo blanco saliendo por la base del rotor principal. Las aspas la disiparon de inmediato, ante los rostros atónitos de los servidores públicos que esperaban al mandatario, nos cuentan. Peña Nieto descendió tranquilo, como si nada hubiera pasado. La Presidencia sostuvo de manera extraoficial que se trató solo de ‘vapor’, cosa que no dejó tranquilo a más de uno, ya que estos helicópteros ya dieron su terrible nota hace unos años cuando cayó a tierra en pleno vuelo, el helicóptero que transportaba al entonces Secretario de Gobernación Blake Mora en el sexenio calderonista.
Las aeronaves que están al servicio de la Presidencia de la República, tienen muchos años ya de uso y por lo nuevamente visto, el servicio prestado es carente de calidad, bueno sería revisar a los servidores que prestan el mantenimiento de dichos aparatos para encontrar una lógica a este tipo de casos. El avión Boeing que Calderón mandó comprar, es una aeronave sumamente cara, con el precio de este aparato, se pueden renovar casi en su totalidad la flotilla de aparatos que la Presidencia requiere para su uso. Este incidente de «vapor» en el helicóptero seguramente tendrá bajo la lupa a la plantila de mecánicos aéreos que atienden dichos aparatos, recordemos que cuando entró la administración Peñista, se descubrió un mega fraude en los hangares de la Presidencia y PGR , refacciones fantasmas, pagos indebidamente expedidos, compras estratosféricas en precios y una gran cantidad de irregularidades; es buen momento para revisar con lujo de detalles el desempeño de las aeronaves y a los encargados de sus mantenimientos, pues no solo se arreisgan las vidas de los pasajeros, se lleva en juego la estabilidad de un país.