Sorprendente declaración por parte del titular de la Secretaría de Marina Armada de México, Vidal Francisco Soberón Sanz el día de ayer, cuando en plena conferencia de prensa hablara sobre el regreso gradual de las fuerzas armadas a los cuarteles, acción que desean los mismos militares y marinos ante el gran desgaste emocional y físico causados por una guerra que no se ha ganado, reiterando también lo que muchos mexicanos han externado y de igual manera políticos nacionales e internacionales : «es bueno que la milicia participe en la lucha contra el crimen organizado, el problema es la forma como lo hacen desde hace seis años, cuando Felipe Calderón declaró tan dolorosa guerra, la cual se centró en su desmedido de fuerza y brutalidad espectaculares, olvidando que este tipo de acciones dejando a un lado la inteligencia, provocó más violencia.»
Los soldados y marinos lograron detener o abatir a decenas de integrantes y líderes de grupos delictivos, los cárteles, siguen intactos; Calderón generó la falsa expectativa de que las fuerzas armadas acabarían con el crimen y los carteles, mandó a la milicia y marina a una guerra inganable, pues enfrentan a un mounstro de mil cabezas, desgastando la imagen que la sociedad tenía respecto a los militares y marinos mexicanos ante los excesos y violaciones a los derechos humanos en que incurrieron muchos de ellos. Militares y Marinos tuvieron que suplir a policías en varias partes del territorio mexicano, muchas zonas importantes de manera regional, dando consecuencias positivas así como negativas, pues el adiestramiento que se tiene es para la guerra y desastres, no para actos policíacos ni seguridad pública.
Durante el sexenio pasado, los altos mandos de las fuerzas armadas estuvieron molestos por la forma en que se llevaba a cabo las acciones contra el crimen organizado por instrucciones del expresidente, el entonces Secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, reprochaba hasta en dos ocasiones y de manera pública a Felipe Calderón, la forma en que llevaba las acciones beligerantes, inclusive, a mitad del sexenio calderonista, en un discurso pronunciado por el General, le advirtió a Calderón «que las guerras no pueden ser eternas».
Para esas fechas, las bajas de militares y marinos eran considerables, varios de ellos estaban bajo proceso penal por violar derechos humanos, generando críticas en el ámbito nacional e internacional por este tipo de actos y dejando mal paradas a las instituciones militares desafortunadamente, quedando expuestas totalmente.
El expresidente Calderón sacó a las calles a las fuerzas militares a una guerra imposible, imprudentemente , descuidando el marco jurídico que les permite actuar contra el crimen organizado ante su ambigüedad ahora, no es fácil retirarlos de golpe y tajo de las calles, las policías diversas que hay son incapaces de contener la violencia desatada desde el año 2006, recientemente en fines de diciembre del 2012 e inicio del 2013, Michoacán vivió días de angustia y sangre con los hechos violentos en la zona de la ciénega y limítrofes con Jalisco y Colima, teniendo civiles muertos de manera colateral y policías municipales masacrados ante el embate de los grupos delictivos.
El retiro debe ser paulatino, como lo mencionó el Secretario de Marina, el almirante Soberón, a los Diputados Federales en su comparecencia anunciando también que próximamente habrá cambios en la estrategia de combate a la delincuencia.
De acuerdo con fuentes de las fuerzas armadas consultadas por reporteros e investigadores, así como representantes de organizaciones civiles, se tiene un estudio donde tendrán que pasar aproximadamente 15 años para que México cuente con policías confiables que sean capaces de enfrentar por sí mismas a la delincuencia organizada.