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El Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, informó
ayer durante el pleno de la Segunda reunión del Consejo de Seguridad
Nacional, que los índices delictivos subieron considerablemente en
los últimos seis años, varios de ellos se duplicaron o triplicaron
en tantos porcentuales comparados con administraciones anteriores a
la calderonista.
El país enfrenta, dice, “un alto nivel de violencia”, pues la
población percibe a la inseguridad y la delincuencia como “el problema
más importante” a resolver.
“Siete de cada diez mexicanos se sienten inseguros”; “uno de cada tres
hogares reporta haber tenido, al menos, una persona víctima de
violencia”.
El recuento es muy severo si lo contrastamos con el triunfalismo
mostrado por FELIPE CALDERÓN en sus últimos meses de gobierno, cuando
se ufanaba por los presuntos logros de su polémica guerra contra la
delincuencia; las cifras son demoledoras y dejan en ridículo el
actuar calderonista, lea usted:
“El secuestro se incrementó en 83 por ciento; el robo con violencia,
65 por ciento; la extorsión, 40 por ciento; los delitos sexuales, 16
por ciento; el robo en carretera, más de cien por ciento; el robo de
vehículos asegurados se ha duplicado”.
Entre 2006 y 2011 se cometieron 10.6 millones de delitos a nivel
nacional. Ocho de cada cien delitos son denunciados. Y de esos, el 15
por ciento son resueltos; se estima entonces que sólo uno de cada cien
delitos se castiga.
Importa aquí subrayar el dato que ofrece el titular de Gobernación,
pues pone en un predicamento no sólo las tareas de seguridad, sino
también las de justicia.
Lea usted de nuevo: ¡Uno de cada cien!, parece increible , pero cierto.
Así lo dijo, para luego rematar:
“Las ejecuciones son la segunda causa de defunción en México”.
Y cuando se refiere a la capacidad de respuesta de nuestras
corporaciones policiacas, el panorama es, por igual, desolador:
“El 61 por ciento de los policías del país gana menos de cuatro mil
pesos mensuales y el 60 por ciento sólo cuenta con educación básica”.
La exposición del Secretario de Gobernación,Miguel Osorio Chong,
serviría de marco para la presentación de la nueva estrategia de
seguridad a cargo del presidente Enrique Peña Nieto.
Con estos números e índices, descubrimos la realidad de nuestro país
y del «por qué» en doce años panistas nos mantuvieron «a raya»
literalmente bajo engaños políticos y mediáticos; seguramente Felipe
Calderon Hinojosa estará en desacuerdo en estas cifras, sin embargo,
los mexicanos vemos más real estos índices que los ofrecidos
reiteradamente por Calderón en cuanto a «logros» obtenidos durante su
mandato.
Triste realidad saber que México es un país bárbaro, sangriento y
cruel hasta el momento, que dista mucho de tener intereses de
inversión foránea hasta que estos índices bajen tanto en los héchos
como en papel. Ante tan nefastos datos presentados ayer por Murillo
Karam, Felipe Calderón Hinojosa tiene muchas posibilidades de que ,
como dijo Moreira antier, sea llevado a juicio al Tribunal
Internacional de la Hay en Holanda por delitos graves, muy graves.
Y esta gira en torno a seis líneas de acción cuyo objetivo explicito
será el “disminuir la violencia y la criminalidad en el país”, así
como “los indicadores de homicidios y secuestros”.
La primera sería la planeación con el establecimiento de metas claras
que permitan trazar la ruta a seguir.
La segunda atiende la prevención y buscaría atender las causas del
fenómeno delictivo mediante un programa transversal de prevención para
el cual se está solicitando un presupuesto de 115 mil 600 millones de
pesos.
La tercera propone un Programa Nacional de Derechos Humanos,
incluyendo la atención a las víctimas y la reparación de daños, así
como la depuración y reestructuración del Instituto Nacional de
Migración.
La cuarta habla de coordinar tareas con los gobiernos estatales, para
lo cual el mapa de la República se dividirá en cinco zonas de trabajo.
La quinta alude a la transformación institucional, operada desde la
Secretaría de Gobernación cuya Gendarmería Nacional contará de entrada
con diez mil elementos.
Y la sexta se llama retroalimentación, pues contempla indicadores de
evaluación “claros, medibles y transparentes”.
Este miércoles el secretario OSORIO CHONG acudirá al Senado para
explicar al detalle la estrategia completa.
Por supuesto, habrá que esperar cómo aterriza esto en el campo
operativo y si en verdad se logran los resultados anunciados.
