La migración de familias de jornaleros en Michoacán es ambivalente: por un lado la entidad expulsa trabajadores del campo preferentemente a Estados Unidos y por otro recibe a campesinos de otras entidades. De acuerdo a un programa de capacitación que están implementado organizaciones civiles con la OIT en cuatro municipios de Michoacán, se busca que las instituciones de educación, de política social y de salud pongan en práctica métodos de atención a las más de 2 mil familias de jornaleros agrícolas que laboran en el Estado.
Al presentar un estudio sobre el tema, se informó sobre los avances del Programa Educación Preescolar y Primaria para Niñas y Niños de Familias Jornaleras Agrícolas Migrantes (Pronim), en el cual alumnos de la Facultad de Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo participarán en un Taller de Capacitación para Encuestadores.
Los resultados fueron dados a conocer por Ana María Méndez Puga, directora de la Facultad de Psicología; Francisco Javier Martínez Ayala, representante de la Red Estatal para la Transformación Educativa de Michoacán; Héctor Morales Gil de la Torre, coordinador del Programa Inicia; María de los Ángeles Rosas Rodríguez, Coordinadora Estatal del Pronim y María Becerril, asesora de la OIT.
Méndez Puga informó que dicho taller forma parte del proyecto de investigación “Alternativas educativas para la prevención y erradicación del trabajo infantil en cuatro municipios de Michoacán” que es implementado por la Asociación Civil Iniciativas para la Identidad y la Inclusión (Inicia) en conjunto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Por su parte, la coordinadora estatal del Pronim, María de los Ángeles Rosas Rodríguez, recordó que la Secretaría de Educación atiende a los niños hijos de familias agrícolas migrantes porque su principal preocupación es que los infantes reciban su educación básica; en este sentido es que ahora 60 profesores y personal de la Facultad de Psicología recibirán la capacitación en los tres días del taller para que realicen la aplicación de instrumentos específicos en las comunidades seleccionadas.
Recordó que el Pronim inició en Michoacán desde 2006 y a la fecha trabajan en Coahuayana, Tepalcatepec, Yurécuaro, Tanhuato y este 2012 se incluirá Antúnez y Parácuaro con una meta de atención de mil 500 niños; el servicio es brindar educación desde inicial hasta secundaria.
El proyecto de la OIT y la asociación civil tiene dos objetivos específicos: el primero es establecer alternativas educativas que contribuyan a la prevención y retiro del trabajo infantil en el sector agrícola de menores de edad en los municipios de Chilchota, Coeneo, Tanhuato y Yurécuaro; el segundo, es mejorar la capacidad de organismos públicos del sector educativo federales y estatales para identificar alternativas educativas eficaces que contribuyan a la eliminación del trabajo infantil.
También participan el Programa Escuelas de Calidad, el Instituto de Capacitación para el Trabajo (Icatmi) y la Red Estatal de Transformación Educativa en Michoacán (RETEM), con la finalidad de que durante los 15 meses en los municipios ya mencionados se implementen acciones de mejora como es atención y aceptación a niños que regresan de las jornadas agrícolas a sus lugares de origen y la capacitación para el trabajo a las familias, entre otras acciones, como identificar los riesgos a los que se exponen los alumnos actividades peligrosas.
Por su parte, María Becerril, asesora de la OIT, expresó que el proyecto se implementa al mismo tiempo en cinco estados de la República que son Oaxaca, Sinaloa, Veracruz, Chiapas y Michoacán con la intención de dar información sobre las características del trabajo infantil a nivel nacional y después hacer algunas estimaciones a nivel Latinoamérica.
Héctor Morales Gil de la Torre, representante de Inicia, dijo que los cuatro municipios en los que se trabajará son: Coeneo, Chilchota, Yurécuaro y Tanhuato; los dos primeros porque son municipios de origen de la migración de familias jornaleras y los otros dos se caracterizan por ser receptores.
Finalmente la directora de la Facultad de Psicología expuso que el trabajo infantil es un fenómeno que se complejiza cada vez más por las necesidades económicas de las familias y se observa en comunidades urbanas, ladrilleras o cuando al niño o la niña se le obliga al cuidado de sus hermanos menores y no necesariamente tiene que ser remunerado.