«Gracias y hasta pronto, querido México»

El día de  hoy el Presidente  Felipe Calderón se despidió de los
mexicanos con una  emotiva frase : «Gracias y hasta pronto, México» en
el marco de su  último acto protocolario en su mandato presidencial al
inaugurar la segunda etapa del Parque Ecológico Bicentenario en la ex
refinería 18 de Marzo en Atzcapotzalco.
El hasta  hoy jefe del Ejecutivo, aseguró que se va con la
satisfacción de que “los mexicanos superamos una a una” las
adversidades en los distintos esenarios : economía , seguridad, salud,
ecología y comercio.
Dista mucho el mensaje externado por parte del michoacano sobre los
logros repetidos  una  y otra vez en sus últimos discursos, tal parece
que  desea, a manera de estar insistiendo en ello,  crear una verdad a
base de menciones insistentes. Mucho deja que desear su insipiente
administración, hace seis años reiteraba una  y otra vez que a
Michoacán le iría muy bien, fue todo lo contrario; deja un Estado
dolido, sentido y lleno de reproches en su actuar, la carencia de
apoyo en todos  los rubros fué muy notoria, el resentimiento a los
mandatarios michoacanos durante su mandato quedó reafirmado  y  hasta
el momento, patente; con Leonel Godoy llegaron hasta el taponamiento
del flujo en recursos federales argulledo su posible desvío a
intereses partidistas, nada más  irreal y ruín, pues denostaba de
antemano el gran interés que tenía en que su hermana siguiera como
gobernadora en Michoacán, cosa que nunca logró la incípida «Cocoa»,
pues en las urnas resultó ganador  otro candidato, Fausto Vallejo,  y con
una gran distancia con el segundo puesto, quedó la  hermana del
Presidente en turno. Este hecho los  llenó de rabia, coraje y
reproche, tanto así que Michoacán fue mas golpeado que nunca por parte
de la indiferencia Calderonista, se recrudecieron los actos violentos
incitados principalmente por la PFP y militares.
Nunca en la  historia de  México, hubo un Presidente tan cruel,
déspota, indolente y perverso como Felipe Calderón Hinojosa, por lo
tanto, a manera de despedida y usando en parte las  palabras de su
«sentido mensaje»  le decimos : » Hasta nunca, Felipe Calerón, quédate
en Boston, esperando nunca vuelvas».