Elecciones y elecciones

Por Victor Ardura
(06-11-12)
Diferencias abismales entre las elecciones estadounidenses y las mexicanas. Ponemos en primer término la reelección, un segundo aspecto en que son diferentes es la calidad de las campañas, y en tercer lugar la calidad de los contendientes.

Ni pensar que en México exista la reelección, no dudamos ni un minuto en que seguiríamos viendo el rostro de Salinas de Gortari en los Pinos; ni imaginar el supuesto cambio de color en el poder, con todo y el supuesto retorno de Salinas, personaje que jamás desapareció de la comanda del ejecutivo. Hoy vemos su poderío.

El gasto que se ha realizado en campañas marca también una diferencia entre aquel país y el nuestro. Nuestro terruño gusta mucho más de lo que se invierte en Estados Unidos, sin contar las actividades que deben realizar para recabar los fondos, aquí es suficiente con incrementar los impuestos. Qué decir de la planeación de las giras y las personalidades de las que se rodean, todo sin contiendas alejadas de lo que es de interés para los votantes: las propuestas de gobierno, las de políticas definidas con una clara y marcada diferencia de perspectivas.

Finalmente, merece nuestra atención el nivel profesional de los contendientes. Mientras que México tuvo por presidente a un empresario fracasado, quien no fue sino durante y después de los Pinos que fortaleciera sus propiedades y centros de trabajo. En cambio aquellos estadounidenses exponen licenciaturas en sus discursos, en sus propuestas y en su visión de mundo. Mucha es la distancia que presentan las elecciones entre Estados Unidos y México, sustanciales y envidiables.