Por Víctor Ardura.- Enrique Rivera Ruíz, Secretario de Turismo en el municipio, trata de ser buen ejecutivo y lo logra al tergiversar el resultado del día de muertos en la capital michoacana. Digamos que su trabajo consiste en opacar situaciones reales y depositar en la administración de Lázaro Medina, algo que corresponde a los ciudadanos y de los años y trabajo previo que se invirtió en esta celebración.
Este fin de semana se supo de buenos resultados a nivel económico por el día de muertos y la tradición que atrae turismo. Al parecer puede más la tendencia de conocer que el miedo por los conflictos sociales. Es cierto que éstos no se comparan a los que se han vivido en Nigeria o el Oriente, mas son conflictos al fin y al cabo.
Con todo, la tradición de festejar a los muertos, de mantener vivos a nuestros familiares y seres queridos atrajo la atención de turismo nacional e internacional. No como en otros años, pero sí para que la capacidad hotelera en la capital michoacana llegara a un tope de noventa y cinco por ciento de ocupación.
Pero decíamos que la noticia acerca del clima de esperanza que ofrece la entrada del día de muertos fue favorable, al grado de que el municipio se levanta el cuello cual si hubiera influido en este corto tiempo en el turista con eventos y propaganda. No es así.
El conocimiento de los eventos de esta festividad, día de muertos, tienen un trabajo de años atrás, que no se quiera reconocer, es diferente. Me explico: sin todo el despliegue publicitario de los años del gobierno de izquierda, uno que puso interés y ahínco en la cultura con eventos como el Festival Internacional de Cine de Morelia, el de Órgano y las gestiones exitosas por los pueblos mágicos, este auge en una sola tradición, no hubiera sido posible.
Los resultados en materia cultural no son espontáneos. Tal como la mercadotecnia lo marca, se requiere de inversión, y esta no sólo es de capital económico, sino humano y de tiempo. Económico por el dinero que se inyectó diez años atrás, humano por la calidad de las personalidades que tuvieron a su cargo la cultura y el turismo, y de tiempo porque sin la insistencia de años, cualquier proyecto se viene a bajo.
Se puede decir que en materia cultura y de turismo, los ejecutivos municipales y estatales recibieron el plato servido y casi en la boca, lo que no dicen ni reconocen y de lo que ahora se ufanan en considerar como logro propio.
De quienes es la victoria también, en sentido estricto y directo, es de los ciudadanos que valientemente decidieron, -quizá la necesidad es tan grande que no importa la intimidación de inseguridad-, salir a las calles y plazas para continuar con las fiestas a la muerte, en este otro sentido que demuestra respeto por la vida.
Estos cincuenta millones de pesos que entraron y las nociones de éxito se debe, insisto, a los morelianos quienes deben cantar victoria por su carácter y valía, no de debe perder de vista pues a ellos se debe esta recuperación.
Sin duda es un resultado producto de la participación de todos, magnífica atención por cierto, y de hecho algo de lo que se debe hablar en voz alta. Pero no debemos perder de vista la verdad sin lados oscuros.