Sobrealimentación del barbarismo

Un bello texto sobre la actitud que los hombres debemos tener frente a nuestra libertad y la búsqueda de algo así como libertad, es El alma del hombre bajo el socialismo de Oscar Wilde. Sin duda una sólida argumentación sobre quienes somos los seres humanos y cómo de repente nos sujetamos, sin mayores problemas o resistencia, a los designios de otros, de los pocos.

Resulta lamentable ser participe, temerosamente cómplice, de esta misma actitud de los  humanos inmediatos, mis vecinos o conocidos, los que no son tan cercanos y los que en mucho nos separa la geografía. Pero todos delimitados por las fronteras norte y sur. Una, golpeada por la fuerza de la naturaleza, y la otra por la violencia a sus migrantes. En fin.

La cuestión que nos ocupa se refiere a los que buscan su libertad o determinan ser conformistas. Los primeros, sin duda, son fáciles de sobornar, su carácter es obtener poco y malo, pero regalado, aunque en ello se juegue el futuro. Así observamos que nadie se queja respecto al retroceso en materia educativa que le espera a Michoacán, de nuevo. Ya que Fausto Vallejo ha logrado armar bienes derrumbe de lo que los gobiernos de izquierda heredaron: la gratuidad educativa.

Si bien recordamos, desde hace dos años que viene funcionando el pago condonado de los estudiantes de nivel medio superior y superior. Claro, que siempre que se encuentren bajo el auspicio del gobierno estatal. De ahí la entrega de los cuarenta y un telebachilleratos que se habían distribuido en toda la entidad. Pienso tan sólo en la parte costera como Coahuayana y Coalcomán, municipios en donde la lejanía y el difícil acceso fueron las pautas de la encomienda.

Lo más absurdo, es el cierre del telebachillerato de la Ciénega, un municipio que cuenta con una universidad y que goza de desprestigio no sólo a nivel nacional sino internacional por algunos reconocimientos que se le han hecho.

En cambio, para aquellos que su espíritu los ha llevado hasta la prisión por defender el derecho a la educación adecuadas a la singularidad de nuestra entidad, normalistas y maestros de la CNTE, hoy trazan programa para su preparación. Con todo tal a crítica que pueda surgir en los diferente de medios de comunicación, la idea de que sean los ciudadanos los que propongan, traza el comienzo de la ciudadanizacción del poder y no al contrario donde los impositivos suelen creerse dioses.

Si lo que queremos es darle fuerza a nuestra voz, lo menos que nos debemos es el silencio cómplice de las dádivas y migajas de un grupo que con fines políticos pretender desaparecer todo rastro de lo que recibieran, producto del trabajo de las anteriores administraciones. Y la pregunta es ¿Entraremos en el juego de la mediocridad?

Articulista:  Noemí Avilés