Mensaje del diputado Jaime Darío Oseguera Méndez, en la conmemoración del Aniversario Luctuoso del General Lázaro Cárdenas del Río.
Morelia, Mich., 19 de octubre del 2012.
Habla el General Lázaro Cárdenas Del Río:
La reforma educativa tiene que corresponder a las necesidades del desarrollo independiente y a las exigencias de una sociedad que sabe ya valorar el trabajo justamente compensado, la adquisición universal de la enseñanza y la salud en la solidaridad social como principales premisas para una fructífera convivencia. (termina la cita).
Señor Gobernador Constitucional del Estado de Michoacán.
Licenciado Fausto Vallejo Figueroa.
Doctor Alejandro González Gómez.
Presidente del Supremo Tribunal de Justicia y el Consejo del Poder Judicial del Estado.
Señor Diputado, Licenciado Víctor Manuel Silva Tejeda
Presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado de Michoacán.
Distinguido Maestro Wilfrido Lázaro Medina.
Presidente Municipal de Morelia
Señoras y señores empresarios, representantes del sector social, funcionarios de los tres niveles de gobierno.
Compañeras y compañeros de los medios de comunicación.
Señoras y señores:
Hoy nos reúne una convicción profunda. Más allá del hecho específico de conmemorar el lamentable deceso del General Lázaro Cárdenas del Río, un 19 de octubre de 1970, lo que nos identifica, sin ninguna duda, es la intensidad de su legado político, su contribución a la marcha permanente del proyecto institucional, económico y cultural de la Revolución Mexicana y, junto con todo lo anterior, su contribución a la estabilidad de México, como militar, político, gobernante, hombre de su tiempo.
Tenemos la asidua costumbre de las apologías, para cumplir con el calendario cívico.
Esta propensión de las loas a los próceres por su personalidad, sólo se justifica, si nos permite extraer de la vida y obra de nuestros hombres ejemplares, sus virtudes cívicas, su pensamiento político y la capacidad de transformación y trascendencia que debemos recordar en el legado de un Michoacano universal Lázaro Cárdenas del Río.
En Lázaro Cárdenas del Río encontramos la construcción institucional de un proyecto nacional. Fue un hombre que supo entender su tiempo y transformarlo.
Fue un hombre que supo enfrentar con aplomo, la trascendencia política de sus decisiones como gobernante.
Allí está la grandeza del personaje. Ya sabemos que las altas figuras históricas no emergen en tiempos ordinarios, sino en coyunturas que demandan visión y carácter, para hacer los grandes cambios que requiere el ritmo de las sociedades, pero también, para hacer frente a los desafíos que plantean las crisis de la historia.
El valor extraordinario del General Cárdenas en la memoria colectiva del México reciente, consiste en su reconocimiento pleno como símbolo de autodeterminación nacional frente a la vocación expansionista del país vecino.
Nos enseña un nacionalismo arraigado en la vida comunitaria, verdadero, que reconoce nuestra cultura, identidades colectivas, de redención del pobre y solidaridad con los perseguidos por sus ideas y de fraternidad histórica.
Un nacionalismo que se nutre de nuestras raíces, pero que es real y se fortalece, toma forma con base en la acción y el programa político. No sólo es la idea de la causa progresista, es también y fundamentalmente la acción concreta.
El general Lázaro Cárdenas del Río preside en el escenario de la historia contemporánea de México, la marcha fiel por la defensa de nuestra soberanía, el respeto a la autodeterminación de los pueblos, la lucha contra el imperialismo, la búsqueda de la paz mundial.
Como pocos ha sido el emblema de una época histórica en el país.
Su gran proyecto nacional, provocó la expansión del mercado interno a través del reparto agrario y, aún contra todas las discusiones que hasta la fecha existen entorno a tal medida, tuvo la visión de promover un sistema productivo para el sector rural, basado en la igualdad de acceso a las oportunidades para los más pobres, para los hombres del campo, por cierto, tal y como lo consagraba la Constitución.
Lázaro Cárdenas, el Presidente visionario, consolidó el Partido Nacional a través de un diseño que terminó generando racionalidad política en las decisiones del poder.
La consecuencia fue clara: los relevos del poder, de Cárdenas en adelante, se dieron en un contexto de estabilidad y certeza, alejando la amenaza de una nueva confrontación militar interna, con el consecuente beneficio para la tranquilidad y el bienestar del país
Los grandes hombres no lo son sólo por su carisma, sino por su claridad de pensamiento.
Para trascender en la forma en que sus acciones lo hicieron, Cárdenas, el hombre político por excelencia, convocó implícitamente a un gran pacto social que atrajera la buena disposición de muchos y diversos actores políticos de su momento.
Así es la política, o así debería ser: el escenario del diálogo, el referente para los acuerdos. Eso aprendemos de Cárdenas el Gobernador joven, Cárdenas el Presidente Nacional del partido de partidos; así nos lo muestra cárdenas el Presidente y el líder político que siguió creyendo en la tarea constructiva de la política hasta el final de sus días.
Dialogar sobre la figura del General Cárdenas, es sin duda, reconocer el perfil de un estadista con carácter y prudencia al mismo tiempo.
Templanza que le permitió emprender importantes reformas que sirvieron para impulsar el desarrollo económico, político y social, en el contexto de una población nacional que estaba en crecimiento y que era necesario atender para lograr una mayor participación en el sector productivo, y acelerar con ello, el crecimiento económico del PIB.
Todo esto fue posible con un gran pacto social, que al ser incluyente posibilitó una distribución más equitativa de la riqueza nacional, que vino a favorecer al sector campesino, a los obreros, a los maestros, a los intelectuales, a los artistas y a las clases populares que no tenían ninguna seguridad social y con quienes se tenía un gran compromiso que les había prometido la Revolución y que era necesario concretar y dar cumplimiento a tantas demandas pronunciadas al calor de la lucha armada.
Con base en el ejemplo poderoso del General Cárdenas, guardando con prudencia la distancia del tiempo y el contexto, hoy atendemos con firmeza y convicción, el llamado realizado por el Gobernador de Michoacán, a establecer un pacto social incluyente, que en el fondo reconstruya paulatinamente las relaciones políticas, económicas y sociales entre los Michoacanos todos.
Atendemos y emprendemos con entusiasmo su convocatoria a un pacto social que renueve nuestra creencia en la ley como elemento ordenador de la convivencia armónica.
Un pacto social que “incluya a todos los sectores y las organizaciones sociales, teniendo como premisas el estado de derecho, el orden y el respeto” porque hoy necesitamos, como lo ha dicho en la convocatoria al mismo, “generar certidumbre legal, social y económica”
En el General Cárdenas no hay en momento alguno de su trayectoria política desprecio por la ley. Antes bien, asumió las consecuencias de su aplicación, todo en aras de la estabilidad y bienestar de la población.
Siguiendo su ejemplo, hoy le decimos señor gobernador, como ciudadanos, como representantes populares, padres de familia, hijos y hermanos, que cuenta usted con el apoyo decidido de millones de michoacanos, la inmensa mayoría de la población, que rechazamos el desprecio por la ley, que coincidimos en que nadie puede escudarse en las causas que en su arbitrio aparezcan como legítimas, para cometer delitos, violentar garantías, desquiciar ciudades.
Michoacán, no tengo duda, es un compromiso de todos.
En el afán de dar orden y estabilidad a los Michoacanos, cuenta usted con el apoyo indubitable del pueblo de Michoacán.
Ese pueblo que le dio la confianza mayoritaria para ejercer el gobierno, bajo la sombra protectora del derecho. Las acciones llevadas a cabo para restablecer la armonía en nuestra ciudades, han creado un antecedente importante para trascender los lastres que tiene como inercia el propio sistema en su conjunto, que hoy no nos permite una relación armónica entre todos los michoacanos
Un gran Pacto Social, como nos enseñó el Presidente Cárdenas, reúne todas las voces y todas las energías con un solo propósito: hacer realidad los postulados de la justicia social: bienestar, libertad, paz, tranquilidad, respeto y desarrollo.
Amigos y amigas:
Al igual que aquel pacto que en los hechos condujo el General Cárdenas, para hacer verdad cotidiana los postulados de la constitución emanada de la revolución triunfante, coincidimos en que Michoacán construya un Pacto Social que “cree condiciones para la competitividad, que despolitice y despartidice la seguridad, la educación, la creación de empleo y una cobertura universal en el sistema de salud en Michoacán”.
La educación es el baluarte universal que genera confianza, porque con una educación de calidad se pueden formar generaciones con diferente mentalidad y visión, para trazar nuevos rumbos que Michoacán merece, y alcanzar niveles de bienestar y desarrollo que sean más favorables para la población en general.
Empecemos ese Pacto, por nuevas y mejores formas de relación entre los actores educativos del estado, que todos pongan de su parte: autoridades, profesores, alumnos, sindicatos, padres de familia.
Todos somos responsables de que Michoacán salga adelante. Que cada quien haga su tarea
Hoy nos regocijamos con el recuerdo de quien hizo posible que el petróleo fuera nuestro, lo mismo los ferrocarriles y principalmente la dignidad de los mexicanos, para ser respetados y tomados en cuenta ante el concierto de las naciones del mundo.
Lázaro Cárdenas del Río, con paso firme, trazó el camino que hoy tenemos y con el cual nos asiste el compromiso, de seguir transformando, para bien, lo que él con gran esfuerzo legó a la nación mexicana.
Señoras y señores:
Michoacán vive, como el país, momentos aciagos. La interpretación de nuestra realidad política, de las necesidades de nuestro tiempo, nos debe dar elementos, para convivir a través de este Pacto Social al que ha convocado el gobernador Fausto Vallejo, a la convivencia armónica,
En ese contexto recordamos al político, al Presidente, al militar y en este momento vale la pena hacer un reconocimiento, sin cortapiza, al ejercito mexicano y a sus familias, que han sido y seguirán siendo baluarte de la estabilidad política.
Cumplir la obligación de proteger a los ciudadanos, es una garantía moral y jurídica para presentar a la postre, buenas cuentas a los ciudadanos.
Rechazamos el discurso de la ruptura. Siguiendo el ejemplo del Presidente Cárdenas, no podemos, ni debemos desfallecer en el intento permanente de hacer de nuestra tierra, una fuente interminable de oportunidades, con respeto, en solidaridad, en apego a los principios y valores de la justicia.
En ningún planteamiento racionalmente alineado con el desarrollo del país, se privilegia la transgresión a la ley como el mecanismo de transformación positiva.
La apología de la violencia choca con cualquier programa político que se precie de progresista.
Quienes compartimos la decisión de asumir el costo político de gobernar y tomar decisiones, lo hacemos bajo la convicción de que siempre es mejor responder a la voluntad popular, arroparse con las causas de la mayoría y defender la ley como un principio básico para la convivencia armónica entre todos.
Señor Gobernador:
Se ha dicho que la tragedia de la cultura, sobreviene cuando los medios se convierten en fines.
La transgresión de la ley, la cometen quienes realizan actos de intransigencia, quienes someten al ciudadano trabajador; quienes cometen delitos con el noble escudo de un proyecto ideológico, desconocen que esa propensión a aplicar la ley selectivamente, de convertirse en un sistema cotidiano de decisiones públicas, pone en riego inclusive las propias garantías que les han permitido expresarse, manifestarse, reunirse y, por supuesto, disentir como es natural en un estado democrático.
Tenga usted la seguridad que hoy cuenta con el respaldo de la gran mayoría de los michoacanos que lo único que anhelamos es trabajar para vivir en paz y perder el miedo para que nuestras familias se desarrollen armónicamente bajo el sutil encanto de esta noble tierra.
La frase con la que inicié este mensaje, que inmerecidamente me ha honrado el Ayuntamiento en pronunciar, fue escrita por el General para dirigirla a los revolucionarios de México el 20 de noviembre de 1970, en el sexagésimo aniversario de la Revolución Mexicana.
Murió exactamente un mes antes, un día como hoy del año 1970 pero su pensamiento sigue vigente. Hoy lo recordamos con cariño; su ejemplo nos brinda orgullo y guía.
Su tesón por la política constructiva nos compromete y su visión por hacer de la política el escenario del diálogo, los acuerdos y la transformación para el bienestar de todos, nos identifica para seguir adelante en esta dura brega de hacer de Michoacán un mejor lugar para vivir.
Vámonos a trabajar, porque lo que el General pidió, más que minutos de silencio, fueron jornadas completas de trabajo. Así lo están haciendo los ciudadanos; que así lo haga también el gobierno.
¡Que viva el General Lázaro Cárdenas!
¡Que viva Michoacán!
Muchas gracias.