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En México ¿Todo sigue igual?

Por Noemí Avilés.- Después de doce años de gobierno panista al frente del estado mexicano, en donde los primeros seis nos presentaron a un panista de carácter dócil tanto que ahora aparece más tricolor que azulado, y un segundo bloque de seis años que no se queda atrás en personajes para caricaturizar.

Felipe Calderón además de dejar una deuda de más de cien mil millones de pesos, una cantidad insostenible de burócratas con sueldazos menores por dieciséis mil pesos de lo que él cobra y otros tantos sin sentido y sí bien remunerados; nos deja la cereza del pastel con la controversia que presenta entre la supuesta infraestructura que nos llevaría a un estado de modernidad con proyectos carreteros y de comunicación de primer nivel, -también su presupuesto-, contra la baja calidad de los mismos y su retraso en su culminación, y ni hablar de esa precaria cantidad de catorce mil kilómetros de nuevas carreteras que no superan en nada con administraciones priístas.

¿Podríamos asegurar que en nuestros país todo sigue igual? No y sí. La situación en México es peor de lo que se nos intenta convencer con los spots felipeños. No sólo no contamos con menor infraestructura en comparación con la inversión ejercida, sino que la calidad de la misma es deplorable.

Ahí esta el reporte de Reforma donde el mismo funcionario, Fausto Barajas, subsecretario de Infraestructura de la secretaria de comunicaciones y transportes, admite a manera de justificación que no es relevante el crecimiento de la red carretera, incluso que es inferior a la de administraciones pasadas en razón de que algunos proyectos de nuevas vialidades son desarrollados en carreteras, caminos rurales y brechas que ya están contabilizados. Aquí su declaración: «Hay ahí un programa como brechas o caminos alimentadores o rurales que lo único que pasa es que esta modernización o construcción va cambiando de categoría, es decir, una brecha deja de ser brecha y pasa a ser camino rural y un camino rural va a ser carretera federal, entonces en el global no va a haber mayor diferencia en un año y otro».

Todo indicador de diferencia en la calidad comunicacional del país en materia de infraestructura únicamente da cuenta de que si existe es sólo en la magnitud de la estafa a los mexicanos. Puesto que de ninguna manera es igual ensanchar a seis metros los caminos rurales que querer verlas como las líneas carreteras de primer nivel. Es como si nos empeñáramos en ver salud en una niña que cubre con maquillaje su tes descolorida por desnutrición.

Los resultados de la red carretera nacional que nos han maquillado son kilómetros de maquillaje asfáltico o de concreto hidráulico, cuando bien les va, en caminos rurales y brechas que en breve presentarán las cicatrices de su mala constitución.

Por otro lado, el total de esta red no cambia, es el mismo ya que Felipe Calderón aumentó a 7 mil 577 kilómetros la red carretera, muy poca diferencia de su homólogo Fox quien aumentó 6 mil 541, y mucha menos de la que presentó Zedillo, 9 mil 310.

En ese sentido todo sigue igual, los mismos resultados deficientes en la obra pública. Aunque con la diferencia, la enorme y cuantiosa diferencia, del capital invertido, pues supera por mucho lo dispuesto en el presupuesto. Y con ello la inflación en los impuestos, mas no en los salarios. ¡Vaya cosa con el michoacano!

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