Morelia, Mich., 09 de octubre de 2012.- Como sucede desde 2005 y en reconocimiento a su trabajo artístico, el próximo 11 de octubre a las 19:00 horas en el Teatro Melchor Ocampo, tres artistas michoacanos serán distinguidos por el Gobierno del Estado de Michoacán con el Premio Estatal de las Artes Eréndira; celebración que tiene como propósito reconocer a los artistas michoacanos mayores de 50 años quienes posean más de una década de trayectoria en cualquier ámbito de la creación artística.
En esta ocasión los galardonados serán Julio Granados Ascencio en el área de Música, Victoriano Salgado Morales, quien falleció el pasado mes de septiembre y recibirá un tributo Post mortem por su contribución al engrandecimiento de las Artes tradicionales, y Luis Girarte Martínez en el área de Literatura.
Julio Granados Ascencio, defensor de la música tradicional michoacana
El nombre de tata Julio Granados Ascencio, de Ichán, es y será referencia directa del universo de la música tradicional P’urhépecha.
Desde la cañada de los once pueblos, su lugar de origen, hasta el lago de Pátzcuaro, y de la sierra hasta la ciénaga de Zacapu, su nombre es reconocido en todas las regiones de la tierra P´urhépecha, como heredero directo de la gran tradición de las bandas de su natal Ichán.
Formador de músicos tradicionales, ha dedicado gran parte de su vida a la enseñanza musical y a la difusión de la música tradicional michoacana a lo largo de nuestro país y fuera de nuestras fronteras.
No hay fiesta en las comunidades P’urhépecha en que no se toque uno o varios abajeños o sonecitos de los muchos que ha compuesto, y ni hablar de la cantidad de bandas o músicos que afirmarán haber tomado clases con él.
Como buen músico tradicional, conoce a la perfección los estilos de abajeños o sonecitos adecuados para cada momento de la fiesta, y participa activamente en cada evento de su comunidad, como son los ensayos de las pastorelas o del viacrucis en P’urhépecha.
A sus once años inició su actividad musical tocando saxhorn en la banda de su padre, la banda de Ichán y una vez emprendido el estudio de la trompeta compuso su primer abajeño, cuando alcanzaba apenas los trece años de edad.
Al cumplir 17 años, pese a ser de los menores de la familia, gracias a su gran capacidad musical comenzó a hacerse cargo de la banda de Ichán por encargo de su padre, Don Francisco Granados Domínguez, por esas fechas inició el estudio del saxofón, instrumento que lo acompañará a lo largo de su vida.
Gran ejecutor de la trompeta, barítono, saxofón (alto y barítono), su obra ha quedado plasmada para la posteridad en la grabación de sus piezas por una gran diversidad de bandas, tanto regionales como de nivel internacional.
Aunque queda poco ya de aquel ambiente dinámico de las fiestas tradicionales P´urhépecha, en donde las bandas se embarcaban en duelos feroces por ver quién interpretaba el mejor repertorio, el más nuevo, el más difícil, el trabajo de artistas como el maestro Julio Granados toma la mayor relevancia en esa misma lucha feroz por mantener y preservar las tradiciones, y en particular, la música tradicional Michoacana.
Es importante mencionar que tata Julio Granados Ascencio es quizá uno de los últimos grandes referentes vivos de una gran generación de artistas y músicos tradicionales como fue la de tata Juan Victoriano, de San Lorenzo, tata Francisco Salmerón, de Quinceo o tata Gervasio López, de Jarácuaro, que sobreviven al tiempo por su incansable labor y una vida de entrega y dedicación para conservar y llevar la música tradicional P´urhépecha a todos los rincones del país y el mundo.
Victoriano Salgado Morales o la transformación de la materia en arte
Nacido en el Barrio de La Magdalena, de la ciudad de Uruapan en el año de 1920, huérfano de padre cuando niño, Victoriano Salgado Morales creció al lado de su madre y hermana, obligado a trabajar desde muy pequeño.
A la muerte de su madre, quedó bajo la protección de dos hermanas de su padre, quienes ejercieron sobre él una férrea educación.
Emigró por un tiempo a la Tierra Caliente, donde trabajó como arriero y jornalero agrícola, hasta que sus tías lo obligan a regresar a la ciudad de Uruapan, ingresando a la fábrica de Hilados y tejidos “La Providencia”, en donde laboró hasta jubilarse.
Inquieto como era, por el aprendizaje y el descubrimiento de nuevas experiencias y ya que su trabajo en la fábrica le permitía disponer de tiempo libre, se inició en la talla de madera, es entonces al elaborar su primera máscara, la máscara de negrito utilizada en la danza tradicional de los negros en las fiestas religiosas del barrio, que el rumbo de su vida cambia. Continúa con la elaboración de toda clase de máscaras ceremoniales y festivas, todas las más puras manifestaciones de alegría, tristeza, muerte, autoridad, y picardía, de todas las regiones P´urhépecha, Uruapan, Capacuaro, Zacán, Pátzcuaro, Cocucho, y otras muchas más, y trabajando toda clase de materiales, lámina, pieles, cuernos y dientes de chivo y vacuno, así como guajes y fibras de maguey.
Artísticas por su belleza y perfección en sus formas y colorido, de elaboración totalmente artesanal, armado del formón, de la gubia, el cuchillo y el mazo de madera, el artífice talla magistralmente la madera de colorín para crear en cada máscara una pieza única y maravillosa.
Al utilizar la técnica ancestral del Maque, Bárbara su hermana y Marisela su hija, con tierras y aceites naturales aplicados con sus propias manos, dan vida a los colores, que a fuerza de de dejar su esencia en su pulido, dan el brillo que hacen que las máscaras de Don Victoriano, tomen en cada personaje su propia identidad.
Desde la década de los setentas, por su gran espíritu de servicio y el amor por su comunidad, Victoriano Salgado Morales se encargó de coordinar y realizar el adorno floral que enmarca la puerta principal de la capilla (La Portada), en la fiesta más importante del barrio: la fiesta de nuestra señora de La Magdalena.
Su talento en la talla de madera, lo llevó a trascender no solo fuera de nuestro Estado, sino mas allá de las fronteras de nuestro país, ya que sus máscaras son conocidas en países como Estados Unidos, Canadá, Perú y otros lugares de Sudamérica, así como en países europeos como Inglaterra, España Francia e Italia y de Asia, como Japón, Corea y China.
Don Victoriano Salgado Morales heredó a su familia el arte de tallar las máscaras, de recrear personajes, fantasías y sueños; los deseos de aprender, de trabajar, de luchar para
conservar las más puras tradiciones, y lograr que el mundo sepa de las manifestaciones artísticas de la cultura del pueblo, Michoacán.
El universo literario, morada de Luis Girarte Martínez
Sahuayo, del idioma náhuatl, “vasija que tiene el aspecto de una tortuga”, es el lugar en que nació el talento y la creatividad literaria de Luis Girarte Martínez, el 16 de julio de 1945 en el estado de Michoacán.
Recibió su primera instrucción en su pueblo natal, es maestro normalista y licenciado en Lenguas y Literatura Españolas por la Escuela Normal Superior de México.
En febrero de 1963 ingresó a trabajar como docente en la escuela Sahuayense y desde 1987 se desempeña como docente y director de la Escuela Secundaria Técnica número 55.
Es desde su etapa de estudiante de secundaria que desarrolla el quehacer literario, al encontrar gran placer de la lectura y la escritura, de ahí que en el año de 1965 empieza a cosechar sus primeros premios.
Escritor de poesías, cuento y teatro, en 1970 Girarte Martínez se integró a la Asociación Propulsora del Arte, grupo literario en donde llegó a dirigir la revista “Pórtico”, siendo éste su primer contacto con escritores contemporáneos de México y otros países, particularmente de España y Argentina.
Paralelamente a esta actividad participó, alzándose con el triunfo, en diferentes premios, entre ellos los Juegos Florales establecidos a lo largo del país.
Motivado por la lectura de los narradores latinoamericanos, inició su incursión en la escritura de cuentos, mismos que fueron bien aceptados en diferentes concursos, entre ellos el Internacional de Zacatecas en el que obtuvo el primer lugar con la obra “La Viuda”, el cual fue publicado por Edmundo Valadés en su revista “El Cuento”, y el cual fue retomado por Ronni L. Gordon y David Stillman para integrarlo a la colección de cuentos que bajo el título “En Primera Persona” reúne obra de Mario Benedetti, Julio Cortázar, Guadalupe Dueñas, Augusto Monterroso y Juan José Arreola; textos que conforman el cuaderno de trabajo utilizado en las preparatorias de Estados Unidos por estudiantes que desean aprender el español.
También fue fundador del grupo “Cero al Poniente”, grupo literario que ha contado con el apoyo de diversos medios periodísticos impresos del país.
Desde 1983 convoca con sus compañeros, autoridades municipales y estatales al Premio Sahuayo de Literatura de Poesía y Cuento; evento que se celebra en el mes de diciembre en las festividades de la feria.
En 1983 ganó el primer lugar en las Justas Poéticas de Dueñas, provincia de Palencia, España, con su trabajo titulado “Lo que soy está aquí”, al cual se han sumado una serie de distinciones entre ellas una recomendación al Premio Casa de las Américas en Cuba.
Ganador de más de 22 premios de poesía y cuento en México, Argentina, España y estados Unidos, ha participado en nuestro país en eventos de gran relevancia como el Encuentro de Poetas del Mundo Latino y en las salas de Lectura de innumerables Ferias del Libro.
Creativo y prolífico como es, Luis Girarte nos entrega en su obra, cuentos y relatos de la gente de Tortuga, lugar mágico en que se viven las andanzas de su gente, su diario vivir. Nos entrega su poesía maravillosa que con mano diestra plasma en pinceladas de palabras coloridas, entrañables y profundas.
Luis Girarte Martínez, profeta en su tierra, hijo pródigo, Sahuayense de siempre y para siempre, sembrador del verbo y la palabra, nos entrega desinteresadamente su obra, que trasciende en el tiempo, en el espacio, nos deja su legado, su más profundo sentimiento.