Fausto Vallejo

(09-10-12) Después de mucho tiempo, de semanas en que su declaración brilla por su ausencia, Fausto Vallejo Figueroa dijo ayer, a la manera de truco perdido, que varios pendientes políticos habían sido dejados de lado en el caso de las tomas de los estudiantes normalistas.

En primer lugar, el gobernador echó mano de la suposición de la minoría de edad de los manifestantes, de entre quince o dieciséis años, para repudiar y sospechar de grupos que considera corruptores de menores.

Dijo que hay alguien detrás de las protestas que se llevan a cabo en los telebachilleratos y en las escuelas normales. Repudió a los autores intelectuales que abusan de los menores de edad que son, desde su punto de vista, poco aptos para este tipo de exigencias y dijo que al final de cuentas lo que se busca es la real audiencia.

Con respecto a este conflicto, ayer por la noche tuvo reunión, -así lo dijo, sin precisar más detalles, en los que podrá editarse los problemas que se tienen, se supone-. En fin, una de las primeras audiencias de Vallejo Figueroa para la prensa, y el gobernador parece editar todos los problemas para que parezcan sin conflictos y sin dilema (que se haga cargo la policía federal).

La primera audición después de tantas semanas se ausencia, de aquel problema de salud, y el gobernador parece dar a entender que ante todo los buenos modales están de lado de su gobierno, y no del lado de sus críticos.

Como se aprecia, el conflicto de Fausto Vallejo Figueroa es que acumula los problemas y una semana después pretende darles respuesta pronta, que no eficiente. Y, es que, no son problemas que deban tener esa directriz, a la manera de la fast food, su rumbo debe contar con conciencia, compromiso y respeto para resolverlos.

Por cierto, un pequeño incidente, por decirlo de alguna manera, dejó al gobernador fuera de respuesta. Los policías federales detuvieron a un grupo de normalistas que secuestraron a un camión particular: hubo intolerancia, pero al final los federales detuvieron y llevaron a los jóvenes al ministerio público de Lázaro Cárdenas.