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Por Víctor Ardura.-
Un mal ejemplo de cómo debe tomarse la estrategia es lo que sucede con la CUL. Anteriormente sus estrategias de tomar, o infringir movimiento equis o zeta institución, causaban presión a la rectoría. Hoy no tanto.
Según sabemos cinco facultades y dos preparatorias han sido soltadas de manos de la CUL.
Este movimiento intentó negociar antes con rectoría, enviándole una especie de pliego para meter a la universidad un número importante de aspirantes a estudiantes.
Salvador Jara Guerrero, rector de la universidad michoacana, no cejó y reunió en una especie de consejo lo que se iba a hacer con el problema.
Y lo que finalmente resultó fue decirle no a la CUL y, mucho me temo, sumar disidentes.
La escuela normal de Tiripetío, en una especie de observación política del movimiento, agregó hoy aproximadamente sesenta miembros al movimiento de la CUL, quienes viajaron desde la normal en un autobús.
Se supone que estos normalistas apoyarán a la CUL en materia de carne de cañón, para que este grupo de aspirantes pueda seguir presionando sobre la universidad.
Si tomamos en cuenta las siete escuelas liberadas, entre ellas facultades tan importantes como medicina, derecho y letras hispánicas, significa que de alguna manera la universidad se está recomponiendo.
El gobernador Fausto Vallejo Figueroa ordenó, tan bueno como es en estos asuntos, que policías apoyaran la liberación de estas escuelas.
No es posible acceder por completo a las demandas de la CUL. Si bien tiene algunas exigencias que son justas, en su mayoría la petición es a todas luces excesiva. Sería como abrirle la puerta a un órgano punitivo. Es necesario, entonces, que la universidad retome su normalidad pero también que los asuntos de la CUL sean tomados en cuenta y a resolución.
