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Por Victor Ardura.-
Al norte del país una enorme conmoción, o un dato que nos habla de un estado autorizado por el narco, los mexicanos tuvimos que soportar con más alegría que estupefacción, muy temprano: la vida pública convertida en vereda para el crimen organizado.
La cosa sucedió en Coahuila, en la cárcel de Piedras Negras. Al cerrar la edición de la columna, nueve y media de la noche, se hablaba de ciento treinta y cuatro reos en fuga, cuando al medio día se sabía sólo de ciento veintinueve. Números más, números menos.
La cosa estuvo muy bien preparada. Los criminales se hicieron de una especie de túnel, y en menos de lo que platico, muchos se fueron. Los expertos y otros no tanto llegaron a al conclusión de que se trató de la fuga de importantes criminales. Puede ser.
Hasta el medio día se pensaba, se declaraba, que los criminales actuaron con el ansia de la fuga fortuita. Después se comprobó que fue bastante pensada, planeada. Ello nos indica que la huida tenía elementos anticipados, preparación.
Algo que queda claro fue el planteamiento de una especie de teatro para que elementos valiosos de un cártel puedan escapar de un penal.
Otro asunto que también vale la pena mencionar es la detención en Nicaragua de quince presuntos trabajadores de Televisa.
El asunto lleva ya más de una semana en esas tierras y es probable que hoy se den a conocer otras cosas como que todos estén a favor de equis o zeta cártel.
Aunque la televisora ha intentado defender que las camionetas no son de la empresa, el programa de Carmen Aristegui demostró, un caso más, que todos los vehículos, todos, son de la televisora. con elementos de investigación quedó claro que todas las camionetas, las seis, son propiedad de la empresa Televisa, situación que evade a lo que la misma empresa había planteado en documentos enviados a Nicaragua que decían lo contrario.
¡Vaya cosa! Al término del gobierno federal, del de Felipe Calderón, queda demostrado que al final de cuentas el crimen organizado, los cárteles, quedaron bien fortalecidos.
