Por Víctor Adura.-
Fue una reunión excepcional. El último informe de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa se dio con la mayor vigilancia y con invitados exclusivos. Duró exactamente ciento un minutos ya la voz de Felipe fue constante, áurea y al final se le quebró al nombrar a su bella familia.
Pero ¿Qué fue lo que en verdad ilustró? No detalló el enorme fracaso de su política contra el crimen, ni la poca inversión que hizo ante la clase necesitada.
Tampoco recurrió verbalmente lo que hizo a favor de políticas como la salud aunque fue su principal logro.
Calderón Hinojosa dio cuenta de extraordinarias políticas y resultados exagerados, y poca, muy poca, elocuencia. Pero si nos ponemos no estrictos sino observadores, su política devino en una especie de escenografía final. No hubo quien le vapuleara la escenografía, estuvieron los políticos elegidos, los panistas, priistas y elementos seleccionados, y al final la cosa salió de ensayo.
Felipe de Jesús Hinojosa dejara al final la imagen que guardan sus acciones: la de un hombre que trabaja hasta el atardecer y el resto del día lo deja para sus fiestas privadas, según interesante artículo de Sergio Aguayo.
¿Será por algo que ayudó a perder a Josefina Vázquez Mota?
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