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El caso MVS

Por Víctor Ardura.-

Joaquín Vargas, hombre mayor de MVS, realizó lo que ningún negociante se atreve a hacer: poner al descubierto los dimes y diretes que se tienen con el los gobiernos. En este caso con uno, el de Felipe Calderón Hinojosa, y cómo resultaron enojosas dichas prendas.

Fue un documento largo, autónomo, que significó exponer al público cómo se negocia con el gobierno nacional. Se nos hizo saber de las constantes comunicaciones con Dionisio Pérez-Jácome Friscione y Javier Lozano Alarcón, secretario de Trabajo, estaban fabricando una tendencia favorable hacia el grupo de Vargas.

La cosa iba bien y MVS había reunido gran cantidad de capital, para hacerse responsable de la banda de 2.5 GHz, (se hablaba de 11 mil millones de pesos) cuando vino la desgracia para Javier: la periodista que era pieza clave en su negocio, puso en tela de juicio la objetividad de MVS.

En la rueda de prensa que dio, sin rubor, cómo Javier consideró lo sucedido en la Cámara de diputados, y pasado en el noticiero de Carmen Aristegui como algo abusivo y poco noticioso. Explicó las negociaciones con Aristegui y cómo después de poco entendimiento, la periodista finalmente renunció.

Se dijo con toda solidez, cómo después de una rueda de prensa en Casa Lam, se llamó de nuevo a la periodista y se acordó que de nuevo estuviera en la programación de MVS.

¿Y qué fue lo que provocó la ira presidencial? Para quienes se acuerdan de esa nota, pues los demás medios fueron sumamente discretos, se pasó la imagen de una extensión de manta en la Cámara de Diputados, y cómo la manta tenía la imagen de Calderón y una crítica a su manera de beber.

La manta, como se sabe, era larga y había sido presentada por Gerardo Fernández Noroña. Tal cobertura informativa propició el fallo con la empresa y su posterior recontratación. Esto provocó a su vez que el gobierno de Felipe apostara por una fijación que la diera MVS.

Los funcionarios implicados en el caso, inclusive a nivel de amistad como fue el lance de Javier Lozano, fueron Dionisio Pérez-Jácome y la coordinadora de comunicación, Alejandra Sota Mirafuentes. En una respuesta posterior, en donde los dos funcionarios trataron de conducir el caso por una senda institucional, se dijo por los dos funcionarios que todo lo dicho por Vargas no era más que una enorme mentira, y que el apartado hecho para convertir esas 2.5 Gigahertz en un asunto institucional se debe precisamente a la necesidad de hacerlo.

Constantemente, en rueda de prensa y en entrevistas particulares, los dos funcionarios reiteraron ratificaron su dicho. Conclusión: las 2.5 GHz irán a parar a un escenario donde Televisa o Tv Azteca, o las dos juntas, serán las empresas con toda ventaja reunida, para ser beneficiadas.

El asunto es que Calderón HInojosa se libra de una ofensa personal, vuelve institucional la cuestión cuando ya estaba negociado, y vende esas 2.5 Gigas de manera oficiosa a quien menos las necesitan en materia de competencia comunicacional. Ese fue el largo episodio de la semana

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