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Por Noemí Avilés.-
8o1-08-12) Una guerra sucia en Michoacán ha terminado del PRI para el Movimiento Progresista, y cualquier cosa pintada de amarillo; esto porque las elecciones terminaron. Pero queda otra batalla por librar, esta es con los michoacanos y michoacanas.
Hasta ahora, a casi un cuarto de tiempo de la administración del señor Fausto Vallejo, sólo tenemos la famosa y tardía programación, qué digo, el diagnóstico a través de mesas de trabajo y consejos encargados de discutir lo que será el modelo o plan de trabajo para esta cortísima administración.
Es el caso del Consejo Consultivo de Planeación Cultural. Este consejo apenas ayer concluyo lo que se conoce como la primera fase de su constitución, cuya función se sostiene a partir de las conclusiones políticas a que se lleguen. La pregunta es ¿Cuánto durará el proceso de planeación? Nadie sabe la respuesta y mucho menos de qué se tratara dicha línea política.
El problema es que la medida no es exclusiva de la cultura, cada una de las diferentes áreas administrativas de Fausto Vallejo tienen la desventaja de no haber diseñado un plan, sólo han quedado en la fase de diseño del plan de acción.
De ahí que las acciones que emprenda el gobierno estatal, no sólo en cultura sino en general, debamos proyectarlas hasta dentro de un año, mismas que deberán programarse para el transcurso de un año y medio con cierre en medio año, tiempo que, por sumatoria, se ajusta al periodo de gobierno faustista.
Bien sea por la falta de presupuesto federal, -del cual el gobierno estatal ha decidido no admitir y darle la vuelta para seguirle en la fastidiosa pérdida de tiempo por la línea del desprestigio a la administración pasada-, o por la crisis económica que ha desfalcado al erario estatal ante el gasto del pasado comicio en busca de presidente. Lo cierto es que hasta ni los municipios han recibido presupuesto completo, a los que bien les va, y nulo para los que no son tri, pues los de identidad tricolor llenos son de paciencia y entendimiento y abundantes en justificaciones de redención y sacrificio por continuar en funciones con bajo recurso. Los otros, ni voz pública tienen.
Así tenemos que los michoacanos no tenemos clara idea de lo que le sucederá a nuestra entidad en materia de empleos, futuro, ni mucho menos el lugar del estado en el país. Lo único que ha visto es proyección, planeación, inseguridad, alta en el desempleo y problemas por resolver algunos sectores de la ciudadanía y ciertos sindicatos o como el grave deterioro económico pero sin disfraces o falsas imágenes que tergiversen la realidad, pues los espejitos resultan un insulto a la inteligencia de la ciudadanía en general.
Ante lo cual cualquiera se pregunta ¿Qué significa respeto para el gobernador, Vallejo Figueroa?
