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Escenas de pudor y liviandad

Por Noemí Avilés.-
(30-07-12) ACTO PRIMERO
Es una pieza enorme que tiene decoradas la paredes con algunos cuadros de arte contemporáneo. Los muebles son de buena madera y el escritorio es de buen tamaño, de roble. A la izquierda se ven pequeños escalones que comunican con otra estancia; a la derecha se ve la entrada de otra estancia que puede ser una sala o algo que se la parezca. Hay un hombre sentado en medio que estudia con cara de desesperación un archivo. Frente a él ahí un aparato telefónico, moderno, y en el otro extremo la estatuilla de un caballo de bronce. En un momento dado se oye un teléfono, ya el hombre lo responde:
-¿Si?… Mjúm… ¿Cómo puede posible?.
-…
-Pero ustedes me dijeron que no habría problema. He gastado el dinero desde que era gobernador del estado… ¿Cómo es posible?
-…
-¿Puede funcionar esa propuesta?, ¡Bueno!… Lo dejo en sus manos… Habrá que repartir más dinero… ¡Tengo que ganar las elecciones!
-…
-Bueno. ¡Por supuesto que lo autorizo! ¡Tenemos que ganar la elección y con buenos puntos!
-…
-Así sea. Sí, sí, sí, ¡Autorizado!
ACTO SEGUNDO
El mismo escenario, pero de noche. El hombre esta volteado hacia la derecha y está viendo un programa de televisión. Suena de nuevo el teléfono y se voltea hacia la izquierda. Lo levanta lentamente:
-¿Bueno?
-…
-Sí, entonces, ¿Todo salió como lo habíamos planeado?
-¿Cuántas tarjetas?… ¡MjúmI! Son un buen número. Espero que habrán, los muchachos, ocultado las micas y disperso el dinero.
-…
-Me parece excelente. ¿Y la distribución fue en todo el país, incluido Tabasco? ¡Quiero que arrasemos en la tierra del cabrón tabasqueño! ¡Quiero que le llevemos quince puntos de ventaja!
-…
-Bueno. Don buenas noticias.
-Hasta pronto
ACTO TERCERO
El mismo escenario, pero está totalmente desaseado. Sobre el piso hay diversos periódicos y sobre el antes ordenado escritorio hay muchas carpetas que contienen diferentes documentos. El hombre ya no viste un impecable traje. El saco está sobre la silla, medio chueco, y el hombre viste una camisa arrugada, parcialmente sucia y la corbata completamente arremangada. Cuando sube el telón está parado y al habla por teléfono…
-¡Cómo carajos! ¿Cómo es posible?
-No sólo no obtuvimos el número de puntos, sino ese cabrón nos está poniendo en contra…
-…
-¡No mames!, ¡Eso es inadmisible! ¿Y qué me dices de la Aristegui que pudo investigar lo de las casas? ¿Y qué hay del mínimo porcentaje obtenido?
-…
-¿Pero qué carajo respuesta tienes? Las televisoras se están molestando por el asunto. Ya nombre una comisión ante el partido que defenderá la causa pero, insisto, ¿Es suficiente?
-…
-No me interesa. Quiero que defiendan mi causa. Si yo gasté desde el Estado de México, no veo por qué no me defiendan. Andrés Manuel puede salirse con la suya y hacer que repitan elecciones…
-…
-¡Cómo dices que no  posible!, ¡Carajo!, ¡Chingao!, ¡Uta madre!… Lo que quiero es ganar ¡ya!
-…
-Bueno… Sí, sí lo entiendo… El trife. Sí estoy de acuerdo. Bueno. Hasta luego…

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