En medio de sensaciones y disgustos, de una ley signada y por lo pronto llevada a presentar a Japón, el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa aprobó la ley conocida como ACTA en una especie de show poco convincente y que será rechazado, si duda, por el Senado de la República.
Algo esta sucediendo con el presidente Felipe Calderón Hinojosa. No hace pocos días destinó con solemnidad el triunfo del PRI. Ahora se ha encontrado con el reclamo de su partido y particularmente por las muchas trampas que localizo el PAN en el saber y entender de este partido, que ha resultado extremadamente poderoso en una nueva fórmula de trampa y mediación.
Hay infinidad de maneras de entender la elección pero se puede resolver en uno sólo: el PRI esta acusado de exceso de trampas, de réditos acumulativos y tramposos y cuatro tarjetas incluidas, dos de las cuales se ha comprobado son ficticias, han demostrado que se uso la fuerza y la trampa para mediar cientos de millones de pesos sin cuenta y sin oficinas.
Mañana hablaremos sobre ello.
Pero hoy el ACUERDO, así como fue rechazado hace dos años, es principalmente negado.
Y así lo dicen senadores de tres partidos políticos, elPRD, el PRI y el PAN. Los senadores tendrán seguramente la de rechazar esta ley, y entonces tendrá que suceder que la iniciativa presidencial quedará en el limbo.
Necesita el presidente de la República ser por primera vez coherente en sus políticas. No es cierto que el dicho acuerdo sirva para respetar la forma en que millones de particulares manejan el internet. Seguramente esta ley será una vez más una amenaza para la red, para los usuarios, para los cada vez más importantes usuarios de computadora.
Por desgracia el presidente de la República dejará una vez más ante la nación una iniciativa que no cumplirá el sesgo gubernamental que emplea. Al igual que lo hizo con el Michoacanazo, Felipe Calderón ofrece un acta de gobierno que no satisface a nadie y que pone incluso a gente de su partido de manera inversa. Ya hemos visto que senadores del PAN no aprobaran el ACTA y esta suspensión, esta medida, se quedará volando en el vacío.
Cierra el presidente con una iniciativa más o menos tonta que será seguramente rechazada al interior del senado.
Por Víctor Ardura