¿Democracia?

No hay seguridad, por donde quiera vérsele, de que las elecciones federales sean lo suficientemente confiables y democráticas. Son varios los aspectos que deben observarse  y particularmente aceptar en una elección que se considere democrática.

En las entidades gobernadas por el PRI hubo un cierto aliento de trampa, de manos sucias, que ponen en tela de juicio el proceso electoral y arroja suficientes dudas en este proceso. Lo que denuncia el dirigente municipal del PRD, Alfredo Ramírez Bedolla,  merece un punto de observación necesario: investigar los recursos fijados este centro comercial, almacenes Soriana, por ejemplo. Esto significa el retraso de una democracia, la manera de insistir en las malas artes entre un Gobierno y un particular.

Esos más de 170 millones de pesos fueron aplicado como una forma novedosa de comprar el voto. Si antes se acostumbraba regalar recursos o diversiones a los simpatizantes o a la ciudadanía en general, la moda es ahora aplicar estos recursos a una economía signada por la falta de aliento y recepción. No se piensa que se trate de un programa de aliento a la economía popular. Se convoca aquí a un honroso intercambio de dinero por voto.

Tanto Ramírez Bedolla como Julio Moguel y Jorge Cázeres, expusieron ante los medios la práctica inculpatoria del gobierno de Michoacán.

Por supuesto este atropello, así como otros denunciados por el dirigente, el intelectual y el sindicalista educativo no se quedan tan sólo ají. Algo esta sucediendo con el gobierno de Vallejo Figueroa que ha salido a exhibición de sus torpezas e ilegalidades, como es el caso de lo denunciado por Ernesto Villanueva en la revista Proceso. Es indispensable seguir con cuidado y observación las denuncias que se hicieron previamente sobre la metodología de algunas casas encuestadoras, los movimientos que repelen los procedimientos priísta como el Movimiento #Yosoy132 y las denuncias de diferente grupos.

En una democracia la trampa no puede ser el requisito estacional, a manera de formar un equipo de gobierno. En una democracia es indispensable un procedimiento limpio, sin queja sobre la legalidad de algo tan importante como unas elecciones, y ponderar sobre todo la legalidad del juego electoral. Acto contrario estamos hablado de poner en marcha no una democracia, sino su contrario.

Artículo de Víctor Ardura