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Por Víctor Ardura.-
Ernesto Villanueva Villanueva, investigador y coordinador del área de Derecho a la Información del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM al cual no desconocemos, autor del libro «Seguridad, armas de fuego y transparencia», resulta que nos tiene una visión enciclopédica y que habla del poco formado gabinete de Fausto Vallejo Figueroa.
Este investigador, el cual colabora en la revista Proceso, hizo un severo recuento del grado de ineficacia en el que se encuentra el gabinete de Fausto Vallejo Figueroa. Una verdadera tours de force que nos permite asomar al perfil de los hombre y mujeres leales al gobernador.
La mayoría de los citados resulta que si bien han terminado la carrera no tienen el grado y la licenciatura que los acredite. Se cita el caso del Secretario de Finanzas, Luis Torres Contreras, hombre a quien le debemos la peregrina idea de que el Gobierno de Leonel Godoy Rangel se endeudó hasta las manitas. Ahí están los casos del subsecretario Fernando Cano Ochoa y el también subsecretario Rubén Pérez Gallardo Ojeda. De ninguno de los dos el articulista puedo obtener datos confiables, registro confiable del investigador ante la SEP.
Otro caso es el de Plácido Torres Pineda, Procurador general de justicia, hombre de quien no se encuentra el titulo respectivo. O que decir de la secretaria técnica de la Secretaría de Seguridad Publica, Adriana Ávila Romero, cuya licenciatura en mercadotecnia le impediría tener una visión completa, objetiva y real de su puesto en mención.
En el área de educación la mayoría de sus integrantes son un verdadero fiasco. No tienen cédula profesional y la secretaria a penas si cuenta con licenciatura, si, pero en educación media. Y así podríamos seguir. Lo recomendable sería que el lector localizara el artículo aqui en ahuizote.com y se diera un buen agasajo de sorpresas. De ahí los errores en la apreciación de lo que debe ser un gobierno, en presentar planes que sean legítimamente válidos o en el uso de la fuerza pública. De ahí tantos plantones, encuentros y desencuentros y, desde el punto de vista de la nota roja, tanta congruencia a la hora de decidir. Por tanto si hemos de esperar un plan desarrollo estatal, la silla sería lo más recomendable.
