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Reacciones varias ha provocado, como no podía ser de otra manera, el debate organizado por el movimiento #Yosoy132. Hubo quienes auguraron una completa desorganización en este encuentro de opiniones. Enrique Peña envió una carta en la que desestimaba la importancia del encuentro al decir que no había condiciones de respeto hacia su persona. Nada más alejado de la verdad.
Este debate tuvo un formato mucho más ágil que los dos organizados por el IFE. Estuvo pletórico de imaginación, canales abiertos a la participación y preguntas bien razonadas. El haberlo dividido en tres fases y cada una de ellas tener su propio memento, permitió que quienes sintonizaron el debate, ya sea por youtube o por las estaciones de radio que los sintonizaron, se tornara extremadamente rico.
Hubo, es cierto, errores de transmisión en youtube mismas que pudieron ser superadas, pero lo extraordinario de este debate fue que los estudiantes pudieron preguntar, y no fueron interrogantes baladíes ni tonterías. Fueron preguntas que tuvieron que ver con el futuro del país, con la educación, con las reformas indispensables para hacer un México menos desigual e incluso indagaron sobre los monopolios y los medios de comunicación.
La ausencia de Enrique Peña Nieto no demeritó en nada el resultado de este debate. Tampoco lo hizo el que el encargado del canal del Congreso, el dinosaurio priista, Carlos Jimenez Macías, haya boicoteado la transmisión. Independientemente de las respuestas de las cuales la prensa dio cabal cobertura, vale la pena destacar este debate cuyo formato, nos atrevemos a decirlo, fue mucho más imaginativo, enriquecedor y diríamos hasta que constructivo que los dos organizados por el IFE.
