Ciudad de México, 11 de junio de 2012.– Según el diario norteamericano The New York Times, el relevo presidencial de los próximos meses y el posible cambio de rumbo en la política anticrimen, es un hecho que preocupa notablemente a muchos actores políticos norteamericanos.
Según una nota aparecida en la portada del diario dice que «Funcionarios americanos han afirmado que aún no están seguros del compromiso de Peña Nieto para efectuar los cambios necesarios para combatir tanto al crimen organizado como a las drogas».
El diario señala que Enrique Peña Nieto, quien encabeza las preferencias electorales, afirmó recientemente que aunque México debe continuar trabajando con Estados Unidos contra el crimen organizado, no debe subordinarse a las estrategias de otros países.
«Su mensaje de un nuevo PRI ha sido socavado por las noticias -que se publican casi a diario- sobre ex gobernadores priistas acusados de corrupción y posibles vínculos con el crimen organizado».
The New York Times afirma que los tres candidatos con mayores posibilidades de ganar la Presidencia han ofrecido concretar un gran viraje en la guerra antinarco para ubicar como prioridad de ésta reducir la violencia en el País, en lugar de lograr arrestos y decomisos para frenar el flujo de drogas a los Estados Unidos.
Tanto Enrique Peña Nieto, como Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota han ofrecido retirar paulatinamente al Ejército de la lucha anticrimen.
Anota textualmente: «Los candidatos, mientras han prometido continuar con la guerra contra el tráfico de drogas, han afirmado que pretenden retirar eventualmente al Ejército mexicano del combate a las drogas.”
El viraje potencial en la estrategia anticrimen de México, apunta el diario, ha despertado preocupaciones entre algunos políticos estadounidenses.
«¿Se dará una situación en la que el próximo Presidente se hará de la vista gorda ante los cárteles, entregará a México a los cárteles o se aliará con Estados Unidos para combatirlos?», se cuestionó el legislador republicano por Arizona, Ben Quayle.