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El Instituto Federal Electoral, al parecer, permitió que los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional elaboraran y subieran a los medios de comunicación audiovisuales, spots francamente agresivos contra el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador. Seguramente hay preocupación en sus cuartos de guerra por el repunte del tabasqueño en las preferencias electorales.
El ver estos cortos televisivos nos hace recordar la guerra sucia, la ausencia de ideas que se suple con prejuicios, y que en el 2006 sirvieron para denostar la imagen pública del candidato de las izquierdas. Ambos partidos han intentado presentar el lado intolerante que presumiblemente tiene López Obrador, su pasado, el bloque de Reforma y cuando bloqueó pozos petroleros en Tabasco.
No sabemos bajo qué criterios el IFE permite que la campaña se mal nutra con estos contenidos. Va en demérito de la propuesta razonada, seria, contrastante que debería existir o debería presentar los candidatos.
Esta coincidencia en localizar a un sólo enemigo, tiene una explicación: el repunte en las preferencias electorales del candidato de las izquierdas ¿Logrará su objetivo? Se antoja una apuesta riesgosa. Por un lado López Obrador ha recorrido todo el país, se ha reunido con distintos sectores, incluso con la iniciativa Privada, quienes constataran que aquello de un peligro para México no fue más que una frase demagógica. Además, sería tanto como considerar que los mexicanos no tienen criterio y que los pueden engañar con cualquier frase boba. Como sea el IFE tiene aquí una enorme responsabilidad por mantener en un nivel de altura las campañas presidenciales. Esperemos que esté a la altura.
