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Siempre sí: Vallejo contrató deuda

Por Víctor Ardura,.

Más pronto cae un hablador que un cojo, -perdón, pero todavía sigo bajo la influencia de Sancho Panza, tan dado a los refranes-. El hecho es que Carlos Río Valencia, quien fuera tesorero con Fausto Vallejo en la administración municipal y ahora Subsecretario en Finanzas, tuvo que salir a explicar, o más bien a tratar de hacerlo, sobre la contratación de deuda por un monto superior a los 600 millones de pesos.

Recuerdo, si las brumas de la memoria no disminuyen la visión, que Vallejo Figueroa había dicho que sería algo así como “inmoral” contratar deuda. Y ¡oh sorpresa!: ayer los diputados del PRD dieron a conocer un extenso documento (14 cuartillas) en donde el Gobierno de Fausto Vallejo, Estatal, solicita al banco HSBC la contratación del empréstito. Y sí, aunque fue una solicitud en toda la regla, el asunto no deja de ser ilustrador en más de un sentido. Y además me obliga a preguntarme si su Secretario de Finanzas, quien firmó el documento, había enterado a su patrón Vallejo Figueroa del movimiento, o de plano el Gobernador sufre severos ataques de amnesia como para contradecirse en tan pocos días.

Para cerrar tan bonita ofrenda a la ingenuidad, Salvador Galván Infante, (tan inexperto como siempre) redacta un comunicado de prensa cuyo resultado, cuyo colofón, se podría resumir así: “¡No me ayudes compadre!”

En fin. Que el trato está hecho, las condiciones contratadas, pero como dice el mismo Alfonso Martínez, líder de la bancada panista en esta legislatura: hay serias dudas sobre el uso de ese dinero y nosotros, al igual que el panista, esperamos que sean resueltas.

¡Al ladrón!

Samuel Ponce Morales es un reportero avezado y con buenas fuentes de información. Y el día de ayer publicó una divertida nota en la que nos detalla un latrocinio menor: dos jovenzuelos entraron a la librería de la Casa de la Cultura, curiosearon, y se robaron un par de CD’s. El encargado del lugar, ojo avisor, se dio cuenta del robo. De inmediato llamó a los elementos de seguridad y fueron a buscar a los presuntos delincuentes.

Los encontraron tranquilamente en un salón de canto de la Casa de la Cultura en una clase de canto a cargo del profesor Bernardo Bautista y muy quitados de la pena. Los elementos de seguridad los interpelaron, el encargado de la librería los reconoció, al ser revisados les fueron encontrados los objetos del deseo, y fueron puestos a disposición de una patrulla. Aquí comenzó lo interesante: Imagínense ustedes que los muchachos hicieron llamadas, que los uniformados recibieron otras, se hizo el cruce de otras tantas, y el resultado fue que no fueron consignados. Libres como el viento. No siempre puede uno salirse con la suya, a menos que se tengan influencias, y muchas.

Y es que uno de los infractores, Marco Antonio Herrera Guido es hermano de la Secretaria de Educación, María Teresa Herrera Guido… ¡Qué muchachos!… Y qué manera de recordarnos cómo se manejan las cosas con los gobiernos del PRI.

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