De verdad un hecho inequívoco del grado de descomposición de nuestra clase política y de los medios de comunicación, es tener que soportar tanto tiempo invertido innecesariamente en analizar el debate de los candidatos y candidata a la Presidencia de la República, a partir de la presencia desafortunada de la tan nombrada edecán de proporciones voluptuosas y escandaloso escote, estamos hartos de que espacios privilegiados de fácil acceso a la mayoría de la población cumplan una función tan lamentable de desviar la atención de los asuntos sustantivos por cuestiones tan triviales y de poco importancia, si bien fue un error de producción la aparición de la edecán los medios y analistas políticos no debieron dar tanta importancia, que los «tuiteros» lo hagan como deporte de jóvenes chacoteros será porque no tienen otra cosa más importante que hacer, las redes sociales han demostrado su importancia positiva de comunicación en determinados e importantes hechos de verdadero interés local, nacional e internacional, pero también acusan reiteradamente situaciones negativas del empleo de tiempo y energías en cuestiones realmente irrelevantes.
En cambio una situación verdaderamente importante, es la preocupante y latente problemática de la confrontación con el gobierno del estado de los estudiantes de la Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL), particularmente en relación a la violación de sus derechos humanos, el gobierno estatal ha demostrado su rostro represor, nada diferente a su accionar en décadas pasadas; si bien hay que criticar la mano dura de este gobierno, también hay que intentar ser objetivos y realistas en el análisis y opiniones sobre la problemática.
La defensa de los derechos humanos de los estudiantes, no nos debe impedir ver la serie de situaciones y contradicciones internas en las casas de estudiantes, es evidente que ahí ya hay intereses e intervenciones de personas ajenas al desarrollo de un movimiento sano y democrático de los estudiantes; no perdamos de vista la memoria histórica de que un mal abordaje gubernamental de las problemáticas estudiantiles pueden convertirse en hechos verdaderamente lamentables.
Estas reflexiones me llevan a lo siguiente, con reiterada frecuencia en los análisis de la situación política actual de las izquierdas social, política y partidaria en México, se reconoce autocríticamente que se ha dejado de hacer la tarea fundamental de educar y formación de cuadros políticos, sin embargo es un hecho que pese a esta situación tan reconocida, paradójicamente se sigue sin hacer cosas importantes en este terreno, sigue predominando la lucha electoral que en el contexto de exclusividad, francamente se vuelve electorera; los esfuerzos realizados de formación y educación política y administrativa hasta ahora han sido acciones aisladas, mediáticas, inconsistentes y en consecuencia sin resultados visibles e importantes.
No puedo evitar que venga a mi mente una vieja lección de Paulo Freire en relación a que afirmaba que la educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo, por ello las izquierdas mexicanas poco pueden transformar si no realizan actividades educativas, en ese contexto el cambio verdadero debe necesariamente ir acompañado de acciones educativas que transformen de fondo la conciencia popular con acciones volcadas a la sociedad, poniendo el acento en la práctica social sin dejar de lado el discurso teórico conceptual, técnico y científico, estas ideas no dejan de ser la vieja visión y aspiración de una izquierda verdadera; trabajo que en otros años la izquierda hacia al interior de las casas de estudiantes, comunidades rurales, urbanas y fábricas, que como sabemos el PRI-gobierno hizo todo lo necesario para combatir y desaparecer represoramente con eficiencia.
Otra cuestión importante que hay que considerar para la recuperación de las izquierdas, surge de los escenarios que hoy en día vivimos de clara crisis de los partidos políticos y la necesidad emergente de la sociedad civil, me refiero a la importancia estratégica de “Politizar la ciudadanía y ciudadanizar la política», en verdad si las izquierdas después del próximo 1o. de julio quieren seriamente redefinir sus acciones de recuperación política, tendrán obligadamente que considerar estos nuevos requerimientos y necesidades de vínculo con los sectores populares y no seguir compitiendo en los lodosos terrenos de la compra mediática de conciencias a través de bienes materiales, donde la derecha y centro derecha son mucho más efectivos, sin reparar en el daño que le hacen a la real democracia en este país.
Resulta de vital importancia y de carácter estratégico “politizar la ciudadanía y ciudadanizar la política”, como posibilidad de una participación activa de la ciudadanía en los procesos sociales, políticos y electorales, debemos desarrollar y potenciar las capacidades y habilidades técnico-políticas de la gente que les permitan aportar sus saberes y conocimientos al servicio de una sustantiva democracia participativa.
La izquierda debe dar un salto cualitativo y cuantitativo, realizando actividades de educación ideológica, política y técnico-administrativas en sus bases y dirigencias, para superar el nivel de consciencia y percepción subjetiva de la realidad, en la perspectiva de realizar tareas que no se queden en la lógica de “sobrevivencia”, sino fundamentalmente de transformación para el «mejor vivir», en esta tarea la juventud merece una estratégica atención.
Pretendiendo superar la tradicional visión neoliberal de limitar la participación de la gente sólo a lo electoral, a la consulta, a la escucha y al uso opcional de los derechos individuales, al margen de los deberes y compromisos con la solución de nuestras grandes problemáticas, dado que sería simplista y nada democrático tratar de mermar la democracia representativa y sustituirla demagógicamente por la democracia directa; en estas reflexiones surge la necesidad de impulsar una Escuela de Ciudadanía y Formación Política (ECyFP), como un espacio de capacitación, formación ideológica, política y técnico-administrativa, para los miembros de organizaciones sociales y políticas de las izquierdas, un espacio de estudio, análisis y reflexión sobre los temas de interés público en sus distintas dimensiones económicas, sociales, ambientales, técnicas y culturales; pese a la promoción y diálogo con dirigentes de las izquierdas sociales y partidarias en Michoacán en los hechos se observa que no hay un interés real en estos asuntos.