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¿Cuántas Morelias conocemos?

Hablar de Morelia es una invitación clara para penetrar al ático de lo maravilloso, de lo mágico, pero también encontramos el contraste histórico, social y económico que ha vivido desde su fundación.

En este siglo XXI, para conocer Morelia, hay que verlo en sus diferentes dimensiones, con sus tonalidades contrastantes, que hacen que su abundancia y pobreza jueguen a las escondidas. A la pobreza le toca estar oculta permanentemente y tiene que contener todas esas desigualdades que lleva dentro.

Históricamente a nuestra ciudad de la cantera rosa corresponde ser parte de uno de los episodios más nobles de nuestro país: la guerra de Independencia. Aquí vivieron todos sus hechos históricos y personajes que le pertenecen: Hidalgo, Morelos, Iturbide, Josefa Ortiz (desde entonces la participación decidida de la mujer), Michelena, García Obeso; pero no sólo ahí hubo aportación, Morelia ha aportado presidentes, poetas, músicos, compositores, muralistas, etc. Todos ellos de talla mundial.

Un común denominador de estos personajes, es que han sido luchadores por lograr que su pueblo tenga independencia, lucharon contra la esclavitud, contra la miseria y el hambre, lucharon por devolverle la dignidad humana a un pueblo, su libertad, su soberanía, querían verlo educado y sobre todo con una certeza en sus ojos de un futuro de paz y desarrollo.

Cuatro nombres ha tenido esta tierra michoacana, como si fueran los vértices de un polígono vertiginoso de lucha, porque su centro de gravedad es el eje donde esta lo fundamental, lo indispensable, lo necesario, el hombre y su historia, su pasado, su presente y su futuro.

Pero, analicemos algunos aspectos de nuestra ciudad y municipio, de manera que podamos compartir con ustedes algunas visiones.

¿Quién le da sentido a nuestro municipio, la ciudad, sus ríos, sus montes, su flora o fauna? ¡No!, el sentido se lo dan sus habitantes, hombres, mujeres, niñas, niños, jóvenes, adultos, viejos, los grupos de capacidades diferentes, todos los que cotidianamente contribuyen y luchan por lograr y mantener su belleza y su grandeza. Recordemos que Morelia pasó de 20,000 habitantes en 1809 a 729 mil en 2010, creció más de 36 veces su población. Pasó de una circunstancia de esclavitud a otra, de relativa independencia.

Sin embargo ¿Qué se ganó? ¿Cuál fue el saldo de 200 años de lucha?.

Bueno, analicemos un periodo más corto y reciente, más organizado y de mayor información. Tomemos los últimos 50 años: de 1960 a 2010. Pasamos de 153 mil habitantes a 729 mil, esto es, en este periodo crecimos 4.7 veces y los problemas crecieron de manera exponencial.

Pero ¿Qué ha pasado con este crecimiento? ¿Cuál es el saldo al día de hoy?, y ¿Cómo se ha enfrentado esta situación? ¿Quién lo hizo o no lo hizo? ¿Quién da respuestas a la transparencia exigida por la sociedad? Tomaremos como base informativa el Censo de Población y Vivienda del INEGI 2010. Es importante explicar que los datos tienen como referencia el municipio de Morelia.

Tenemos el 38% de nuestra población en estado de pobreza, esto es, 277.3 mil habitantes morelianos en esta condición. Más de 43 mil personas viven en estado de pobreza extrema, no tienen ingresos ni para cubrir las necesidades básicas de alimentación, mucho menos la atención de salud, educación y vivienda. El 22.4% de nuestra población está en rezago educativo. 289.5 mil personas carecen de servicios de salud en todo el municipio y eso que somos la capital del estado. Y, bueno, el 58.9% o sea 429.5 mil habitantes no tienen acceso a la seguridad social y todo lo que ello implica: sin acceso al servicio médico, sin fondo de retiro o pensión para la vejez. Ya se podrán imaginar el futuro que les espera a nuestros hermanos.

También merece nuestra reflexión, que nuestro municipio tiene 187,4 mil personas con carencia alimentaria; su destino es la desnutrición, las enfermedades y el desajuste  (ya muy deteriorado) de su economía y el rompimiento aún más del tejido social.

Se puede reflexionar y profundizar más sobre estos temas dolorosos y vergonzosos como seres humanos.

En lo que respecta a la situación de la vivienda, tenemos 256.6 mil en todo el municipio, de las cuáles: 190.4 mil viviendas (74.2%) están habitadas, 49.3 mil viviendas (19.2%) están deshabitadas, y 16.9 mil viviendas ( 6.6%) son de uso temporal.

Estos son datos duros que sólo cuantifican pero que no dejan ver qué pasa adentro de esas casas ni de quién son; entonces nos preguntamos ¿Qué pasa con la vivienda en Morelia? Veamos.

Tenemos 49.3 mil viviendas desocupadas y el promedio estatal (lo tomaremos para Morelia, ya que no se pudo obtener el propio), es que el 45% de la población estatal esta bajo la condición de pobreza patrimonial esto significaría que, aplicando este indicador para Morelia, en el municipio 328.4 mil personas no tienen casa propia; en consecuencia el déficit es de 86,4 mil viviendas.

El tema es demasiado complicado, la falta de oportunidad viable para nuestra población de menos recursos económicos, cada día se hace más difícil pensar en la posibilidad de tener acceso y se generan diferentes problemas, por un lado las invasiones de terrenos y los asentamientos irregulares; además, los desarrolladores urbanos con poca ética han especulado con la tierra y lógicamente con la construcción de vivienda. Habría que ver y analizar la participación de autoridades y los bancos que contribuyen al financiamiento eterno de esas viviendas, donde los afectados son el segmento de población de clase media, media-baja.

Otro problema toral y de mucha angustia para las familias de más escasos recursos económicos, es el de la salud. Esto es, en el municipio de Morelia tenemos 286.4 mil personas que no tienen acceso al sistema de salud, de los cuales 67.7 mil son menores de edad. Me pregunto y pregunto a nuestros gobernantes ¿Qué han hecho por estas personas? Se han preguntado ¿Qué futuro les espera? Y nosotros nos preguntamos ¿Dónde están los responsables o acaso no pagamos impuestos para aspirar ser atendidos de manera digna en este aspecto?

Empiezan a salir esas desigualdades de las que hablábamos al principio del artículo, salen los menores que no tienen culpa alguna haber nacidos “pobres” y no lo digo de manera peyorativa, porque ellos no se merecen que los vayan truncando desde temprana edad, que los dejen sin la oportunidad de crecer igual que todos los mexicanos. Pero también hay 31.5 mil adultos mayores (grupo vulnerable) que en esta etapa de su vida requieren, demandan, exigen ser atendidos médicamente con responsabilidad y dignidad.

Ahora veamos quién carga con esta situación desde el punto de vista económico:

La población económicamente activa (PEA), que tiene Morelia, alcanza la cifra de 560.7 mil personas, de las cuales, el 55.3% es la población ocupada o sea, 310.3 mil personas; esto es, de cada persona que trabaja dependen de él 2.3 personas más. Según los datos de CONEVAL 2010, el 44.1% de la PEA tiene ingresos menores que la línea de bienestar, lo que significa que 136.8 mil personas de los 310.3 mil que trabajan, no les alcanzan sus ingresos para adquirir la canasta básica alimentaria y no alimentaria. Esta situación tiene otra lectura muy preocupante, la desesperación de las personas.

Estas variables nos deben de hacer reflexionar sobre la situación y destino de nuestra población más vulnerable y también la contraparte de nuestro municipio, esa parte hermosa, llena de historia, de aventuras.

Hablamos de esa Morelia de edificios llenos de arquitectura, de tradición y de prosapia, que le dieron la categoría de “Patrimonio de la Humanidad”, de las bellezas naturales, sus recursos intangibles, su cultura, sus escuelas y facultades, que juntos todos ellos, construyen el atractivo del recurso turístico, para que lo gocen los turistas nacionales y extranjeros, pero no la población, no los que viven aquí, no los que construyen la posibilidad de regresarle la paz y armonía a nuestra ciudad y sus alrededores y es que los recursos turísticos son considerados como eso ¡recursos sin su gente!

Veamos otra arista del análisis, para sacar algunas conclusiones que nos permitan confrontar nuestra realidad crítica.

De 1951 a 2011 han pasado 60 años, de los cuales 51 de ellos han sido gobernados por el PRI, 6 por el PAN y 3 por el PRD. Los resultados están ahí, los que ya revisamos y comentamos aunque sea de manera breve. En todo este tiempo, los gobernantes consideraron que era más importante hacer obras físicas, calles, banquetas, pavimentos, entre otras obras menores; y no es que no sea importante, pero habría que determinar ¿Qué es lo más importante, educar a tu población, brindarles oportunidad de buen empleo que sea seguro y que tenga salario digno y esa misma posibilidad genere los ingresos (impuestos) para hacer las obras que la ciudad y la población requieren?

Entonces ¿Ttodavía no nos damos cuenta? Recordemos, llevamos 51 años con ese estilo, con esa intención que pretenden seguir con el mando.

Tenemos la necesidad de repensar nuestro municipio, de darle un rumbo más democrático, de más participación ciudadana de manera efectiva y no de a mentiras, y si es necesario dar un paso atrás y recuperar los ideales de los hombres que le dieron libertad, no solo a Morelia, sino a nuestro país. ¡Hagámoslo!, recuperemos al hombre libre, luchemos contra la pobreza y el hambre, devolvámosle la dignidad a los habitantes de nuestro municipio, su soberanía, eduquémoslo y sobre todo: Démosle Certeza A Su Futuro.

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