…En honor de mi compañera y amiga,
desde hace más de 20 años Regina Martínez Pérez,
Xalapa, Veracruz 6 de septiembre de 1963-28 de abril del 2012…
Por Francisco Castellanos J.-
Huécato, municipio de Chilchota, Abril 30.- Ubicado en la zona serrana, a un altura de 2260 metros sobre el nivel del mar, las casi 700 personas de esta comunidad viven en la miseria, olvidados de los gobierno federal, estatal y municipal, todos tienen migrantes.
Sobreviven de cortar leña y los más afortunados de pastorear unas cuantas borregas, chivos y vacas, pues los programas nunca llegan, se quedan en los archivos. Los más ancianos recuerdas que hace años, había prosperidad y llegaban a ganar hasta 10 mil pesos diarios, en la venta de la Madera; pero los montes se acabaron y con ellos la bonanza.
De calles polvorientas y mal trazadas, Huécato se localiza en el Municipio de Chilchota del Estado de Michoacán de Ocampo, México.
Estigmatizados por las autoridades federales de ser presuntos narcos y guerrilleros, los habitantes de esta población, han estado en el “ojo del Huracán”, por años.
Y esa situación parece que esta igual a hoy día, año 2012
La población total de Huécato es de 698 personas, de cuales 344 son masculinos y 354 femeninas; pero no aparece en los censos de Sedesol, Procampo, por ser algo así, como una extensión de la comunidad indígena de Tanaquillo. “Ninguno de nosotros tenemos certificados o títulos de propiedad, menos escrituras, ni papel alguno. Ansina de palabra los terrenos son nuestros, nos los han dejado nuestros padres, a ellos sus abuelos y así, dice Salvador Jasso.
Mirando los cerros pelones, que antes eran montes con pino y Encino, dice: “Son más de 20 mil hectáreas en disputa y los focos rojos se concentran entre las comunidades de Pamatácuaro-Tarecuato; Ocumicho-Tangancícuaro; San Francisco Ichán-Tacuro; Paracho-pequeños propietarios; Urapicho-Cocucho; Santa Cruz Tanaco-Cherán y Tanaquillo-Huécato”.
Los ciudadanos se dividen en 298 menores de edad y 400 adultos, de cuales 44 tienen más de 60 años. Derecho a atención médica por el seguro social, tienen 299 habitantes, pero como si no lo tuvieran, pues no hay medicinas ni para lo más indispensable.
Hay casos dramáticos: Erandi González de 25 años, sufre desde niña ataques por cisticercos; Elieazar Elías de cuatro años, padece del síndrome de “Doose, epilepsia asmática micionica, desde que nació; Antonia Zamora Rubio de 30 años, también sufre ataques de nervios y se pierde hasta por tres días, llega toda arañada, desarrapada y es localizada por los vecinos inconsciente en el cerro.
Enrique Arzola de 70, años, sufre de glaucoma en el ojo izquierdo; a Miguel Jasso Pérez, ya le amputaron el pene, y se gasto todo lo poco que tenía en medicamentos, pues le pronosticaron cáncer. Actualmente está hospitalizado en el Civil de Morelia.
Félix González Elías, de oficio pastor, de 15 años de edad, desde su nacimiento cuenta con tiroides, nadie tiene para los medicamentos que son costosísimos sobre todo las quimio y las de neurología.
De las aproximadamente 178 viviendas, 20 tienen piso de tierra y unos 26 consisten de una sola habitación. Y 163 de todas las viviendas tienen instalaciones sanitarias, 128 son conectadas al servicio público, 165 tienen acceso a la luz eléctrica.
Sólo hay una computadora, en la jefatura de tenencia, pero no la saben usar; 46 tienen una lavadora y 154 una televisión.
Informes del INEGI, indican que “aparte de que hay 47 analfabetos de 15 y más años, 5 de los jóvenes entre 6 y 14 años no asisten a la escuela.
De la población a partir de los 15 años 48 no tienen ninguna escolaridad, 282 tienen una escolaridad incompleta. 90 tienen una escolaridad básica y 15 cuentan con una educación post-básica.
Un total de 17 de la generación de jóvenes entre 15 y 24 años de edad han asistido a la escuela, la mediana escolaridad entre la población es de 5 años.
Eliezer Elías Jasso, comisariado de bienes comunales dice, que el Procampo solo les llegó una vez de 1986- a 1987, jamás lo volvieron a ver. Los habitantes viven, incluido 30 por ciento de que depende por completo de las remesas, siembra de maíz y leña y poco pastoreo.
“Invitamos al licenciado Fausto Vallejo y a su equipo para que se dé una vuelta a esta población y constate las condiciones en las que vivimos. Que deje su cómodo solio de Ocampo y salga las zonas rurales, estranguladas por la miseria y el hambre”.
El 7 de junio del 2002, en el camino de terracería que conduce a Chilchota, la cabecera municipal, se encontraron comuneros del poblado con una partida de militares, a las 17:45horas Amador González de 35 años; Ramiro Chavira, de 27, y Juan Jasso Sola de 44 se enfrentaron a tiros con la milicia. Ambos Murieron y por el lado de los soldados: el cabo Felipe León Cristóbal y el soldado Pedro Alonso Gabriel, mientras que José María Balderas resultó lesionado.
Ese mismo día por la noche un grupo de habitantes de Huécato se dirigían a recoger a los muertos cuando el pueblo fue invadido por fuerzas federales quienes dispararon sin ton ni son y dieron muerte a Juan Jasso Sola de 44, y los hombres se fueron a los montes.
Se reportaron 10 desparecidos entre ellos, un niño de 10 años. El entonces subprocurador regional de Zamora, Jaime Castro López aseguró que la línea de investigación más fuerte es el robo de madera y la tala clandestina.
Por su parte, los habitantes de esta tenencia, municipio de Chilchota, aseguraron que no son narcotraficantes ni miembros del Ejército Popular Revolucionario (EPR).
Felipe Ixta Medina, alcalde de Chilchota, perteneciente a la región purépecha de los Once Pueblos, aseguró entonces que él no «les echó a los soldados», aunque todas las comunidades saben que los de la ranchería de Huécato desde hace años se dedican al robo de madera.
El edil de Chilchota indicó que pertenecen a su comunidad los bosques donde extraen ilícitamente la madera los comuneros de Huécato, ya que ellos desde hace años se acabaron sus bosques.
Indicó el sábado 8 de junio, que la gente de Huécato también responsabiliza al representante de bienes comunales de Chilchota, Rafael Bautista, de haber llamado a los militares. «Nosotros no fuimos, fue una casualidad, incluso se ha informado que los soldados andaban en otra encomienda. Lo que le pedimos a la gente de esa comunidad es que reflexione y que ya paren los problemas, que se les han complicado porque actúan al margen de la ley.»
«No somos narcotraficantes ni miembros del EPR. Somos un pueblo olvidado por el gobierno. Que nos demuestren las acusaciones, lo único que hicimos fue defendernos y si el Ejército irrumpe nuevamente en nuestra comunidad responderemos de la misma forma».
Por otra parte, el dirigente de la Nación Purépecha, Abundio Marcos Prado, apuntó que espera que lo ocurrido en Chilchota no sea un pretexto para militarizar la región, lo que traería graves consecuencias para la estabilidad política y gobernabilidad de la región.
Indicó que el problema de tala clandestina se debe a la miseria en que viven cientos de familias indígenas, a la mala administración de gobiernos anteriores que se olvidaron de atender las causas que generan la miseria extrema.
El 11 de junio llegó a la comunidad Lázaro Cárdenas Batel, entonces gobernador de la entidad y les dio toda la ayuda posible, recorrió el pueblo, visitó a las viudas, comió con ello y estuvo al pendiente hasta el fin de su mandato.
Pero, los funcionarios, no hicieron los mismo que Lázaro Cárdenas, A las viudas les dieron vacas flacas, llenas de piojos y murieron todas, borregas pelibuey, de zona caliente y no fría, también murieron, les hicieron
tres casas, donde no cabía ni la cama en la recamara ni la mesa en el comedor. El gobernador se entero, dio de baja a la de Sagarpa, reconstruyeron las viviendas de ahí pal real nadie ha ido a visitarlos.
A lo largo de los últimos años, en Huécato se han promovido proyectos de desarrollo alternativo, “como una trituradora de grava y arena, viveros florícolas, plantaciones de brócoli”, y hasta ahora la respuesta gubernamental ha sido insuficiente y discontinua, como recuerda el también migrante y cultivador de orquídeas en Estados Unidos, Jesús Zamora Rubio, presidente del grupo de trabajo “Flores de Huécato”.
El principal obstáculo ha sido el conflicto agrario que mantienen con el núcleo de Tanaquillo, el que reclama la totalidad de tierras del pueblo serrano.
Eva Mercado, que vive en una casa de cuatro metros cuadrados el gobierno Federal de Felipe Calderón le quito la ayuda del programa federal “Oportunidades”, le quitó los 200 pesos que le daban, porque ya “vive mejor”, en una casucha de Madera con láminas de cartón, donde tiene cocina, horno para hacer pan cada ocho días y dormitorio.
Evangelina González, trabaja desde el gobierno de Tinoco Rubí, barriendo la placita del pueblo le pagan mil cien pesos, quincenales, es viuda, con hijos y no oye y necesita un aparato auditivo, Nadie la ayuda.
Alfredo Ramírez de 63 años, es sordo y está enfermo de toroides, no tiene donde vivir, sobrevive de la ayuda que le da la gente. Adelaida Mercado, de 46 años, padece del corazón, no pude caminar, y los medicamentos como consultas, hacen trizas su economía, y así por el estilo, el pueblo esta abotagado de necesidades….