Por razones de salud, tengo que viajar a la ciudad de México. Me hospedo en la casa materna que esta ubicada en una colonia de la cada vez más depauperada clase media. Apenas el sol empieza a levantarse, los negocios a despertar y el tráfico a tremolar, cuando la voz de una chiquilla irrumpe haciendo el compás de una cancioncilla monótona: «se compra: ¡colchones, lavadoras, estufas, microondas, o fierros viejos que vendaaaaaaaaan!». Expresión que desde luego es, el resultado de una grabación, lo escucho por todas partes. Gabriel, un amigo chilango, me informa que es una especie de pequeña empresa que anda por toda la ciudad. Lo mismo sucede, aunque con más modestia, con quienes ofrecen tamales oaxaqueños de manera masiva o yo diría que aguerrida. Que las formas de sobrevivencia en esta ciudad son varias y sus caminos misteriosos.
El sonsonete de esta muchacha me recuerda mucho a los resultados que arroja la cada vez más cuestionable Consulta Mitofsky. Según esta consultoría Josefina Vázquez Mota aventaja al candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, si uno revisa la vitrina metodológica aparentemente todo esta correcto, pero basta mirar con atención para advertir ciertos sesgos, sobre todo de estratificación. Para quien lee regularmente noticias, para quien acude con los analistas especializados y se entera del rumbo por donde anda el viento, lo que se obtiene es que la campaña de Josefina ha sido errática. El reciente ajuste en su equipo de campaña nos dice con claridad que las cosas no andan bien. Si uno acude a las redes sociales encontramos algo más que indiferencia hacia las propuestas de la panista, y uno no puede menos que sonreír con indulgencia cuando tiene que recurrir a los extremos, es decir, presentar un video en donde suda la gota gorda en un gimnasio para demostrar su buena salud.
Otras encuestas nos dicen que Josefina cayo ya al tercer lugar de las preferencias electorales. De ahí la desesperación de su gente, de ahí sus estrambóticas declaraciones que no hacen más que evidenciar sus debilidades. Mitofsky, empero, a golpe de calzador y trampas metodologías insiste en ubicarla en otro lado. No hay que olvidar, y en ello hay que insistir, que las malas encuestas provocan falsas expectativas. Roy Campos es un profesional que se ha ganado a pulso un prestigio, solvencia que podría naufragar si insiste en presentar blanco por negro. ¿Y qué sucede en la casa de enfrente? La campaña del partido de la derecha, el PRI, no presenta sorpresas. Como todos sospechábamos se ha dirigido hacia derroteros mediáticos, en horario estelar, ejerciendo la palabrería hueca que no dice nada. Es por cierto una ejecutorio muy costosa y no estaría por demás que el IFE siguiera con atención si este candidato, Enrique Peña Nieto, si se encuentra en los lindes entonces de rebasar los topes de gastos de campañas.
El candidato de las izquierdas ha optado por marcar la agenda. Su estrategia de las entrevistas mañaneras le ha rendido frutos. Así nos hemos podido enterar de sus propuestas en materia de política social, de cambio en el rumbo de la economía, de seguridad, de ciencia y tecnología, de cultura. Y no es poca cosa ante el despliegue mediático, ante el vocerío imperante, que Andrés Manuel diga el qué, el, cómo y el cuándo, como lo hará dentro de un par de semanas en Morelia. Se trata, en síntesis de algo más que fierros viejos que vendan.
ME PARECEN MUY BUENAS LAS PROPUESTAS DE AMLO. LO QUE NECESITAMOS ES DESPERTAR A LA CULTURA Y POR ENDE A LA EDUCACION A NUESTROS JOVENES Y A LOS QUE YA NO LO SON. TODAVIA ES TIEMPO.