Por Víctor Ardura.- Las visitas de Felipe Calderón a su tierra son como las llamadas a misa…negra. Bajo el pretexto de entregar obras o inauguras carreteras el presidente encona el ambiente político y deja un amargo sabor de boca. Pareciera que el jefe del ejecutivo apuesta a la desmemoria y al olvido.
Se supone que este jueves el inquilino de los pinos, con altas y bajas, estará por tercera ocasión, en poco menos de un mes por tierras michoacanas. Vendrá a inaugurar el parque bicentenario, una obra que inicio Fausto Vallejo Figueroa, hoy gobernador, con todos los momios ecologistas en contra. Diputados de la anterior legislatura argumentaron con pruebas técnicas a la mano, que este feo y elefantiasico parque, acababa con uno de los pocos humedales del municipio. El entonces presidente municipal, quien hoy nos gobierna, hizo oídos sordos de esta denuncia.
Calderón Hinojosa se ampara en su carácter de presidente para venir a mentir, a enconar el clima político que se vive en Michoacán. En su última gira mintió descaradamente sobre los decursos federales que le corresponden a Michoacán, en una ejecutoria mas de esa obsesión suya por destruir, así sea en el ánimo de la opinión pública la importante herencia de los gobiernos de izquierda en Michoacán.
No se comporta como un jefe de estado sino como un jefe de partido. Habría que preguntarle al primer mandatario por los culpables reales del atentado terrorista de septiembre del 2008; si todavía considera que el estado actuó legalmente, pese a las evidencias encontradas, en relación con el tristemente célebre michoacanazo y que nos puede decir del estrangulamiento financiero, ilegal y destructivo, con el que cerro su ola de agresiones hacia un gobierno de izquierda.
De confirmarse la visita del Presidente habrá que esperar, insistimos, lo peor. Hay varios motivos para ello:
- Las encuestas reales, no las que manda diseñar la Presidencia de la República, hablan de un declive de la candidata panista, en las preferencias electorales.
- En el cuarto de guerra del PAN cuyo jefe real no es Gustavo Madero sino Calderón Hinojosa, se ve con preocupación en ascenso de Andrés Manuel López Obrador.
- El más pedestre de los anhelos del presidente es ser un bien amado en su tierra. Si usted le pregunta a cualquier ciudadano de pie si, como lo prometió Calderón Hinojosa al inicio de su mandato, a Michoacán le fue muy bien, seguramente se le reirán en la cara. De ahí la urgencia de inaugurar así sea un humilde distribuidor vial.
Como sea habrá que estar atento a lo que venga a decir el Presidente. Cualquier cosa que hable, por desgracia, dará nota.